Viviendo de prestado….

Si Dios nos presta la vida… los bancos nos prestan dinero para vivirla…
Suena hasta fácil… y cómodo, ¿verdad?, pues no te equivoques: ni es fácil ni es cómodo vivir de prestado.
Empezando con que los bancos no le prestan a todo mundo; tienen “póliza de la compañía” de no prestar, sino a las personas que tienen con qué pagar… ¿Le parece a usted ilógico que sólo le presten al que tiene, cuando el que no tiene es el que necesita que le presten? Pues por muy ilógico que le parezca, así es y así será por un millón de siglos al 24% de interés…Y no sólo le prestan al que tiene, sino que mientras tiene con que pagar lo prestado lo tratan decentemente, pero en cuanto se le empieza a terminar la reserva, o los medios para conseguir con qué pagar, lo empiezan a tratar a uno a gritos y sombrerazos y no lo dejan ni a sol ni sombra con las llamadas, las cartas y las amenazas…¡No es fácil vivir de prestado…! No, señor.
Así los individuos como los países. Si un país es pobre y no tiene o no está organizado para pagar, no habrá institución, por muy mundial y muy de naciones unidas que sea, que le preste dinero.
Lo primero que necesita un país para que le presten dinero es tener un buen ejército para controlar a su gente… y hacerla que trabaje para pagar sus deudas…y esos países, como los individuos, viviendo de prestado, nunca llegarán a ser prestamistas….para vivir a lo grande.
Y antes no era así. Antes lo único que tenía uno prestado era la vida y no era tan mala. Mucho antes la tierra era de todos, sólo el que no trabajaba no comía, y hasta había algunos que sin trabajar comían, por eso se empezó aquello de que el que no trabaje que no coma. Luego las cosas fueron cambiando; sabrá Dios cómo nos enredamos tanto, pero ahora la tierra tiene dueños y unos cuantos tienen la propiedad y las escrituras, mientras millones y millones no podemos ni siquiera ser dueños de una fregada casa para vivir… y muchos que trabajan duro y les chorrea el sudor por la frente y por el lomo no alcanzan para comer decentemente ellos ni para dar de comer a los suyos, mientras que hay muchos, pero muchos, que sin sudar se dan unos banquetes reales….día tras día y noche tras noche… Unos pocos tienen todo el dinero y millones y millones vivimos de prestado pagando intereses caros…
¿Cómo fue que unos se hicieron de todo el dinero y ahora son los que nos prestan a los que nos quedamos sin nada? ¿Quiere comprar una casa? Tiene que comprarla a pagar en treinta años. Treinta años durante los cuales vas a tener que estarle pagando intereses al que te prestó el dinero…y cuidado con que te retrases con el pago. A pasar los treinta años tú y la casa valen ma..s poco, aunque los números digan lo contrario. ¿Quiere comprar un carro? A sacarlo fiado y a pagar intereses, ¿quieres estudiar? a pedir un préstamo, ¿quiere comprar una estufa? ¿Quiere comprar la carne para cocinar en la estufa? Así es. Para muchos no nos queda otro camino que vivir de prestado.

Hay algunos que dicen con mucho orgullo: “yo no compro nada fiado todo lo pago con las tarjetas…” Esos son los “buenos” clientes, porque ni siquiera se dan cuenta que viven de prestado y de seguro que ni saben lo que están pagando por sus dichosas tarjetas. Una vez oí que los intereses a veces alcanzan hasta el cuarenta y tantos por ciento, además de los cobros escondidos: Que si no pagas a tiempo se te recarga tanto, que si manda menos de lo que debe se le recarga otro tanto tanto, que si manda más se le cobra más, que si esto que si lo otro y que si lo de más allá y el caso es que es una recargadera fregada que terminan apachurrándolo a uno. Una vez que caes en las manos de una inocente tarjetita de crédito puedes darte por endeudado para toda la vida… Ah, pero se siente tan bonito aventar, hasta con desprecio, la tarjeta, “cóbrese de ai”, al tiempo que se abre la cartera para enseñar que, si esa no pasa, traigo otras tres o cuatro de reserva… Me imagino un güey presumiendo las coyundas. “Ese es mi güey”, ha de decir el dueño.
¿Habrá leído esa gente los contratos que firmaron son sus proveedores de tarjeta…? Pero quién va a leer esos contratos de letra tan pequeña y palabras raras…. ¡si están hechos para que no se lean! Además la tarjeta es gratis… ya después veremos. Y nunca llegas a ver… la puerta, la salida, porque hasta el cajón para enterrarte lo pagarán con la tarjeta… con tu tarjeta… Sí, también las flores, que con mucho gusto te mandará tu suegra, también las pagarán con tu tarjeta…
Hace meses que se reunió el Presidente Obama con los dueños de las compañías de tarjetas de crédito para decirles…que no la fregaran… que no robaran tanto, que no engañaran tanto, que se conformaran con una ganancia menor, que los contratos los pusieran en lenguaje sencillo, que no pusieran trampas, que… Puede decirles un bonito sermón de los que muy bien dice y puede decirnos a los dueños de las tarjetas que no seamos tan sonsos y dejemos de vivir de prestado, pero la verdad es que lo que necesita cambiarse es algo más fundamental, porque mientras únicamente se le preste al que tiene, el que no tiene nunca tendrá…
Si te vas a endrogar para comprar la felicidad, no te engañes ni te dejes engañar, la felicidad no sale de una pantalla plana y cara ni de los audífonos de un “aipod”…No estás comprando tu felicidad, estás cooperando a la del que te presta dinero para gastar. Que tus necesidades no sobrepasen tus posibilidades y no te dejes apialar por los que te quieren mantener viviendo de prestado…. controla tus nervios…porque hay quien se cura los nervios que siente por deber mucho yendo al mall a comprar más… “es que así me calmo”… Échale otra vuelta a la coyunda… güey…
Hoy existe la creencia torpe, y muchos me van a contradecir, que vale el que tiene buen crédito, que el que nada debe, nada tiene, que el que pide prestado y paga es el que vale. Antes valía el que tenía… valía el que no estaba endeudado…Al rato ¿quién va a valer?.. Todos vamos a valer…. ma….s vale ni pensar…
Salud, saludos…y hasta la próxima semana

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Acerca de licvidriera

Leo, medito, escribo, vivo y escribo en la eternidad
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