MIS PODERES NO SON TAN GRANDES

¡Mater valendum! …sería una expresión latina de arrieros romanos, cuando se les regaba la recua y no podían ordenar en fila a los tercos burros… la traducción de los arrieros modernos  era más folklórica, empieza con: ¡Valiendo madre!, pero les añadían otras palabrotas altisonantes que hasta los burros entendían y contestaban rebuznando. Ya los arrieros se han ido acabando. En un tiempo fueron profesionales muy importantes, porque eran los trenes, los camiones de carga, de aquellos tiempos… y en recuas de mulas y burros movían toda la mercancía, de los puertos a los pueblos y ciudades y de las ciudades a los puertos, usando los llamados caminos de pezuña, (ahora son caminos de tenis). Morelos, el insurgente y Pascual Orozco, el revolucionario son dos que me vienen a la mente de muchos hombres famosos que fueron arrieros mexicanos, pero en todos lados del mundo los hubo.

¡Mater valendum! Ya se me está yendo esta plática por otra loma…como siempre, pero es que me gusta platicar de algo mientras afilo el hacha para soltar el hachazo… y ahora sí: ¡Voy con mi hacha!

¡Mater valendum! dije cuando vi la respuesta a un artículo en que hablaba de la gente que me pide que escriba de temas determinados. O no me entendieron o no me expliqué, porque recibí varias respuestas y otra vez con más peticiones, salvó la de mi amigo que se molesta y me regaña, porque no lo he complacido escribiendo sobre el ruido tempranero de los jardineros. Paciencia.

Voy a ver si esta vez queda claro: ni soy dueño… (Todavía…) de la revista, ni estoy en libertad de escribir sobre lo que me dé la gana y menos de ciertas cosas… Alguna vez podré complacer a alguien, pero no me comprometo a complacer todas las peticiones.

En segundo lugar, deberías de comprender que mis hachazos van a las raíces, al tronco, no a las ramas; no a las consecuencias, sino a las causas de los problemas. Los generales damos órdenes, decimos cómo y por dónde hay que atacar, pero pocas veces andamos echando balazos.

Es halagador que lleguen correos pidiendo que les ayude a enderezar su ciudad, recientemente afectada, por pagos excesivos a sus “servidores públicos”. Una señora quiere que le ayude a encarrilar a su hijo por el camino de la escritura, otro quiere que le explique  algo sabe qué de sabe qué rayos y radiaciones… Me sentí halagado y al mismo tiempo pensé: ¿Y qué tal que si tenga yo poder de hacer algo? ¿Qué tal que sea el elegido para enderezar el mundo? Y para desengañarme hice unas «pruebas»…

Yo creo que todos hemos hecho alguna tarugada absurda en la vida. No sé si hayas visto a Bill Cosby, el humorista, platicando de la vez que quiso cambiar a su hija en hijo… Él quería hijo y le nació hija y un día que estaba a solas con su niña recién nacida, le tapó los escapes y le sopló con fuerza en la boca, porque alguien le había dicho que si hacía eso con mucha fuerza a la niña se le botaba el pitillo y ya crecía como niño… No pasó nada y aprendió a querer a su niña. ¡Pero lo platica de una forma que…!

Pues yo andaba solo en la yarda de la casa de mi hijo limpiando unos magueyes, pensando en eso de que la gente espera milagros de mi parte y que a lo mejor sí tengo el poder. En una de esas que no había nadie a la vista, aventé la pala al suelo, así con un dejo de solemnidad… pero no pasó nada. Por allá de chico oí pláticas de uno que aventaba un bastón al suelo y se le convertía en serpiente. Con cuidado recogí la pala, no fuera a ser que… nada. La volví a aventar… nada. Pero si la gente me tiene confianza, puedo ser el guía…

Esa tarde le di un “aventón” a un amigo allá para la Playa redonda, esa que le dicen Redondo Beach. Lo dejé en su casa y le seguí solo a ver de cerca el mar antes de regresar. Yo sé que un pensamiento subconsciente, inconsciente o inconsistente fue el que me llevó hasta allá, porque luego se me ocurrió hacer el experimento: Levanté los brazos lo más alto que pude, como había visto a Charlton Heston en una película y quise partir el más en dos. Vi así de lado con un ojo medio cerrado para no sorprenderme mucho en caso de que… pero nada: el mar no se partió. Lo intenté otras dos veces y nada. A la tercera me alcanzó a ver uno que venía corriendo y aparenté que andaba espantando las gaviotas y me regresé… me regresé pensando que a lo mejor me falló, porque el mar no estaba rojo. Voy a regresar una tarde de esas en que el mar se ve medio josco, medio cobrizo y si logro hacer que se parta en dos, yo les aviso para que entonces sí me manden sus peticiones con la confianza de que les ayudaré; de que arreglaremos no sólo la ciudad de Bell, sino también las calles de South Gate y otras ciudades: Los servidores públicos…servirán y el pueblo les dictará su salario: los policías van a tener tiempo para detener maleantes, porque ya no tendrán que dar tantas infracciones a la gente que trabaja para pagar los altos sueldos de los que no trabajan… arreglaremos  el mundo.., mientras tanto, sigan escribiendo, pero comprendan que mis poderes no llegan a tanto… aquí sigo practicando aventando este lápiz en el escritorio a ver si se convierte en lombriz

Salud y saludos  y hasta la próxima

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Acerca de licvidriera

Leo, medito, escribo, vivo y escribo en la eternidad
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