El ingenio de los tontos es muy ingenioso; queramos o no, a veces lo tontos, los locos, los ingenuos nos sorprenden con algunas puntadas llenas de ingenio… y llenas de sontera.
Te imaginas que un presidente de “mi pueblo”, anduvo haciendo campaña política, diciendo por todos lados, que acabaría con la pobreza. Decimos que ya no creemos en promesas, pero como que hay la esperanza de que al menos antes del fin del mundo algunas promesas de políticos serán cumplidas. El viejo tenía su plan. Llegó a la presidencia de la República, no por sus promesas ni por sus cualidades, sino porque tenía que llegar. “en el cielo tu eterno destino, por el dedo…” … alguien había “arreglado” el Himno Nacional y el destino de mi pueblo ya no lo escribe el dedo de Dios…en ese tiempo lo escribía el dedo del presidente saliente y en estos tiempos lo escribe el dedo de “el acuerdo”
El caso fue que poco después de llegar a la presidencia, nuestro señor presidente puso en marcha su plan para acabar con la pobreza… ¡Ni te imaginas su plan infalible… le aumentó tres ceros al peso mexicano! Asunto arreglado, pensó él, así todos tienen más, el que tenía uno tendría mil y el que tenía diez tendría diez mil, saldrían de pobres y el país sería rico, próspero y respetado…
¡Cómo era posible que no se le hubiera ocurrido a alguien antes esa solución!… Hasta dónde llegaba el sonso… Y no me vas a creer, pero todavía hay algunos en otros lados del mundo que siguen ensayando el mismo método… ¡no funciona!… pero de que el plan era ingenioso, ni duda cabe. Pero ¿vas a creer otra cosa? Hubo gente que se la creyó. Decía mi compadre Luis muy orgulloso: “Un milloncito o dos, cualquiera lo tenemos” ¡Muchos se creían millonarios! De a de veras, creyeron que tenían más dinero, cuando lo que tenían eran más ceros en los billetes que seguían devaluándose cada día. Un día, tristes y convencidos de que no era esa la solución, les quitaron los ceros a los billetes y todos volvimos a ser pobres… conscientes, convictos y confesos.
Hace unos cuantos años, y de esto todavía estamos sufriendo las consecuencias, ahora fue acá en el primer mundo, (donde también muchos somos pobres), alguien dijo que no estaba bien que hubiera pobres en el primer mundo, nos e veían bien, que había que acabar con la pobreza y salió con otro plan parecido al de aumentarle ceros a los billetes.
Te acordarás cómo nos burlábamos de los paisanos que para sacar un agujero que estaba en el centro del pueblo, idearon hacer un agujero cerca y con la tierra del nuevo agujero taparon el otro, luego hicieron uno nuevo y así se fueron cavando “joyos” y tapándolos, hasta que lograron sacar el agujero lejos del pueblo. Ingenuos, ¿verdad?, pues no tanto, porque lograron su cometido, pero los que queríamos pagar la deuda de una tarjeta de crédito con otra tarjeta de crédito, pronto nos dimos cuenta que estaban más cuerdos los que sacaron el agujero del pueblo que nosotros.
El que ideó el plan de que para que la gente saliera de pobre bastaba con que comprara todo lo que quisiera, engañándose brutalmente al pretender que lo pagaba con una tarjeta de plástico, no fue tan ingenuo, ¡Ese fue mal intencionado! ¿Los ingenuos y brutos somos los que seguimos cavando joyos y no sacamos el fregao agujero fuera de nuestra vida…y ni siquiera se alcanza a ver el final de la calle … Una cosa es que tu compadre, que es rico, pague con la tarjeta, porque no quiere traer la carretillada de billetes y otra cosa es que tú pagues con la tarjeta, porque no tienes otra cosa con qué pagar. Hay de tarjetas a tarjetas…
Llegó el día en que nos quitaron los carros y luego las casas, porque no podíamos pagar. Para colmo de males y para más burlarse más de nosotros, hasta un programa de televisión hicieron donde se burlan de la gente a la que le quitan sus carros y la bola de sonsos nos sentamos frente a la tele a reírnos de aquella pobre gente, gente como nosotros, y hoy reímos y mañana estaremos en sus zapatos. Si hicieran un programa de tivi burlándose de la gente que echan de sus casas con todo y sus hijos, sus cosas, sus recuerdos, de seguro que encontrarían publico sonso que se estaría burlando.… No hay que ser. tan…dialtiro
Igual que los paisanos que con tristeza le quitaron los ceros a sus billetes, también nosotros, con tristeza, nos debemos de convencer que esas tarjetitas no tenían la magia que decían y volveremos a ser pobres….conscientes, convictos y confesos. Cuídate de los ingenuos y de la ingenuidad y convéncete de que para salir de la pobreza, el camino más seguro es trabajar y no gastar más de lo que ganas… ¡nunca! Recuerda que no es pobre el que tiene pocas cosas, sino el que tiene muchas necesidades. Que tus necesidades no sobrepasen tus posibilidades… por más que te canten las sirenas….
Salud y saludos y hasta la próxima…
salud y saludos y hasta la próxima…
el Pilón. EL TECOLOTE NORTEÑO
(Macario se cree Licenciado; un día que andaba borracho se puso a hablar con un tecolote que le dio sabias lecciones. Desde entonces son amigos y tienen largas conversacione)
LA GUERRA DE IRAK EN LA BALANZA
Tecolote, no más guerra. Ya ganamos en Irak… Es tiempo de celebrar. Lo dijo en la Tele el Presidente. San se acabó, ya ganamos… Y regresan los soldados… eso merece un trago…
Calma, calma, licenciado, Vamos mirando las cosas Desapasionadamente Para ver en qué ganamos. Si es que algo ganó la gente. Porque… de que hubo ganancias, Pregúntale a mister Chenney. Que digan los petroleros, Y digan los contratistas. Unos tienen los billetes, y otros respuestas ansían. ¿por qué se empezó la guerra? ¿Por qué fuimos a pelear? Que nos digan claramente ¿qué era lo que se buscaba qué esperábamos ganar? Todavía nada se aclara… Al menos oficialmente… Si no sabemos al punto, Con detalles y con cuentas, Lo que salimos ganando, Porque cuentas no nos dieron, Hay muchísimas familias ¡Que saben lo que perdieron! Hijos, esposos y hermanos Que en esa guerra murieron. Y muchísimos soldados Que quedaron con heridas Tanto de alma como cuerpo Para el resto de sus días. Y cincuenta mil se quedan En peligro todavía. Al poner en la balanza en un lado nuestros muertos y el sacrificio del pueblo, el país bien endeudado, tantos heridos y muertos. Que nos diga el presidente… Qué es lo que hay del otro lado De la balanza, Macario, Sabemos lo que perdimos Que nos digan ¡qué ganamos! (Ya me enojé, licenciado, Pasa pa’ca esa botella que me voy a echar un trago y te cae si andas diciendo que soy como tú, borracho)
«No es pobre el que pocas cosas tiene, sino el que tiene muchas necesidades» Esto me pegó duro, gasto más de lo que recibo. Gracias me has hecho reflexionar.