Andaba la abuela en la tienda con un montón de muchachos que… nomás no le hacían caso… Eran tres, pero parecían 20, porque corrían y aparecían por todos lados. Aquí uno tumba las bolsas de “sobritas” y el otro las pisa; allá grita otro…allá el otro se cae … Por lo general da coraje cuando vemos que los papás no cuidan a sus hijos ni les llaman la atención en lugares públicos. A veces hasta parece que a propósito los llevan a las tiendas para que hagan desmadres. Pero aquella pobre abuela se veía mortificada y avergonzada y en vez de darme coraje me dio lástima.
Estaba pagando en la caja antes que yo. La cajera estaba enojada y con la mirada les aventaba latigazos a los muchachos. Yo fui paciente con la pobre abuela, aunque resultó ser de esas que esperan hasta que les dicen la cantidad para empezar a buscar el monedero en una bolsota que parece el arca de Noé o un cuarto de tiliches, por lo menos, luego con toda la calma rebuscan en el monedero para dar la cantidad exacta en centavos, pero esta vez, como dije, fui paciente y hasta le comenté… “Los muchachos de ahora son muy diferentes, nosotros éramos vergonzosos y muy seriesitos…” Primero volteó seria y hasta molesta, pero luego que me vio la cara de menso, que sé poner cuando me conviene (y ya se me está quedando), como que me agradeció mi comprensión y dijo casi con alivio: “¿Verdad que sí? A nosotros nos controlaban nomás con la mirada, pero estos muchachos….” Ya no alcancé a oír lo que dijo, porque la cajera me preguntó algo y los muchachos hicieron mucha bulla al salir… Es cierto lo que dijo la abuela: Nuestros padres, (los papás de los que hoy somos abuelos) sabían controlarnos con la mirada. Y uno sabía interpretar las miradas que podían ser: “me las vas a pagar en cuanto se vaya la visita” y ya sabía uno que tenía que sentarse quitecito y poner la mano sobre las rodilla o cruzar los brazos, por lo menos unos cuantos segundos. Pero si la mirada era. “de esta no te escapas” Lo mejor era buscar la forma de desaparecer por un buen rato y regresar a casa cuando ya se les hubiera pasado el coraje a ambos padres, porque se platicaban y se ponían de acuerdo para castigarlo a uno y la mamá no siempre nos podía librar de las cintarizas. La mayoría de los viejos comprendimos tarde lo que nuestros padres hicieron por nosotros y ya tarde algunos alcanzamos a reconocerles y agradecerles el haber sido “duros” y el haber tenido autoridad y haberse dado a respetar y hacerse obedecer, aunque fuera con castigos acomodados a la edad, ya fueran nalgadas, jalones de orejas, varazos y cintarazos. Hubo algunos hijos que hasta se iban de la casa, (algunos se venían “al norte”), que porque su papá era muy duro.
Muchos crecimos con la promesa de que si un día teníamos hijos los íbamos a “educar” de forma diferente… Y como no quisimos ser autoritarios como nuestros padres, nos volvimos permisivos y agachones, no quisimos ser duros y nos volvimos débiles e inseguros con nuestros hijos, al grado de que poco a poco fuimos perdiendo batallas y nuestros hijos se volvieron igualados, peleoneros autoritarios y poderosos… y nos controlan, fácil que nos controlan. Ahora estamos pagando las que debíamos… “Maldiciones de los papás, que nunca fallan” dicen unos, yo creo que uno mismo se busca la maldición. No nos gustaba que nuestros padres no regañaran ahora son los hijos los que nos regañan, no queríamos ganarnos a los padres ahora hay que ganarse a los hijos y tenerlos contentos. A la fuerza respetábamos a nuestros padres, ahora de voluntad respetamos a los hijos. Si les teníamos miedo a nuestros papás, ahora les tenemos miedo a los hijos y tratamos a toda costa tenerlos contentos y son ellos los que nos controlan con la pura mirada. ¿Te acuerdas que nuestros padres se enojaban por nustras greñas largas? Pues ahora quisiéramos que nuestros hijos no anduvieran pelones…, pero no les podemos reclamar ¿Te acuerdas que les gustaban a nuestros papás los pantalones acampanados? … ahora ya no soñamos con “meter a los hijos en cintura”, como se dice, nos conformaríamos con hacerlos traer los pantalones en la cintura… pero “si nos fajamos los pantalones nosotros”… Si antes era buen padre el que tenía hijos bien educados, ahora puede decirse buen padre el que logre tener a sus hijos en casa, aunque sea a base de regalos y chantajes… y permitirles, cada día más, que hagan lo que le venga en gana… “déjalo, el muchacho necesita su privacidad” Los que necesitamos privacidad somos los papás, porque los muchachos se apoderan de la casa y la llenan con su ruido y sus cachivaches…al fin que son los amos y señores y nosotros toleramos todo, porque somos unos padres muy cu…. perdón, creo que se escribe “cool”
El timón hay que sostenerlo con firmeza si se quiere llevar la nave a algún lado determinado, y el timón de las familias no está muy seguro en manos de los padres que se dejan mandar por los hijos… tal vez por eso se ve que las familias y la sociedad toda van navegando por esos mundos de dios a merced de las olas… a la deriva… sin rumbo fijo… ¿Estaré exagerando? ¿Mucho, poco, o nada?….
Con frecuencia decimos que queremos dejarles un mundo mejor a nuestros hijos…. lo lograríamos si intentáramos dejarle mejores hijos al mundo…..Antes se le reclamaba al hijo… hoy se le reclama a los maestros
Salud y saludos
¿POR QUÉ CANCÚN?
¿Te acuerdas cuando nuestros antepasados los cavernícolas, hace miles y miles de años, se empezaron a alarmar, porque la tierra se estaba enfriando…? Te deberías de acordar porque algo debería de haber quedado en la memoria colectiva y porque el susto fue grande. La tierra se estaba enfriando y los hombres andaban preocupados y asustados… Se veían cabizbajos y meditabundos, aunque eso podía ser porque todavía no se enderezaban bien…pero sí andaban muy alarmados…
– La tierra se está enfriando.
–Los volcanes se están apagando, el mundo se va a acabar…
–La tierra se está enfriando…nos vamos a morir…
Y los cavernícolas preocupados… cabisbundos y meditabajos
–Dicen que arriba de la tierra se le están formando unos témpanos de hielo muy grandes
–Y también allá debajo de la tierra se está juntando mucho hielo, tú…
–La tierra se está enfriando, nos vamos a congelar…
–Ya los ríos de lava no corren igual que antes…
–El mundo se va a acabar…
De inmediato surgieron las teorías. Y si los hombres hemos sido ingeniosos para encontrar causas, no hemos sido menos ingeniosos para encontrar soluciones… Siempre ha habido gente “vivilla” y algunos se dedicaron a asustar más a la gente y a sacarle provecho a la situación.
Ya desde antes rondaba la idea de que el sol era El poderoso y como sol a secas sonaba a poca cosa, dijeron que el sol era “dios” y lo llamaron El altísimo, el todopoderosos, el que nos da la vida, la luz y el calor, el dios más importante, por lo menos, porque era el más visible y cuyos efectos más afectaban a la humanidad. Y ese dios les quería quitar el calor. La tierra se estaba enfriando. Y surgieron los sacerdotes del dios sol, los que hablaban con él y estaban al tanto de sus deseos y caprichos y empezaron las soluciones, muchas de las cuales a los únicos que beneficiaban eran a los mismos sacerdotes y sus compadres…
– Es que al sol se le está acabando la leña…
– traigan leña y traigan comida…
–hay que sacrificarle seres vivos…
– ¿humanos también?
– ¿por qué no? Hay que darle sangre y empiecen con ese que no cree en el sol…
Todavía no entendemos bien lo que pretenderían nuestros antepasados con los sacrificios, ¿por qué se les ocurriría que con sangre el sol iba a calentar más, si todavía ni siquiera se inventaban las transfusiones? El caso fue que muy pocas culturas se escaparon de sacrificar humanos y muy pocas se escaparon de adorar al sol. Todavía los que inventaron aventar una muchacha virgen a los volcanes tenían más lógica… ¿para que el volcán y la muchacha entrarán en calor…o para que se enfriara el volcán?
Y nacieron los sacerdotes especiales que ofrecían diferentes sacrificios al sol, y sacerdotes que aventaban muchachas a los volcanes… y cada loco salió con su tema y cada tema juntó muchos locos.
Hasta una corriente religiosa decía que dios castigaba a los hombres porque algunos empezaban a usar taparrabos y a cubrirse con píeles, que eso era una ofensa a dios, que si dios hubiera querido que anduviéramos tapados nos habría hecho con pantalones y camisa y unos abogaban por andar desnudos y otros por andar con taparrabos y otros decían que nomás las mujeres anduvieran en cueros, otros que nomás las mujeres anduvieran bien tapadas… y por eso vemos tanta variedad en nuestros días. Otros dijeron que el sol se había enojado porque los hombres habían aprendido a hacer lumbradas, y que si no les bastaba el calor del sol para calentarse mejor ya no los calentaba…y estos comían carne cruda….
Muchas cosas parecidas decían los expertos, porque por esos tiempos, junto con los sacerdotes, aparecieron también los expertos, los que saben todo y no se les entiende nada. También por ese tiempo surgieron los sabios y los puede distinguir fácilmente: los expertos vociferan y exageran, dicen lo que les dicen y casi nunca saben lo que dicen. Los sabios hablan con respeto y, casi con humildad, comparten lo que suponen que todos deberíamos de saber, y casi nunca dicen todo lo que saben. Pero como los sabios tenían que decir que el sol no era dios, fueron de los primeros ofrecidos en sacrificio y desde entonces los sabios se cuidan muy bien de lo que dicen, porque desde entonces los sacerdotes y los expertos no pueden ver con buenos ojos a los sabios… y no es que el enfriamiento de la tierra les haya dañado la vista.
Los sabios dijeron que el enfriamiento era un proceso normal, que lo que deberían de hacer los humanos era buscar formas de irse adaptando a los cambios, porque muchos cambios venían en camino, que deberían de unirse y ayudarse.
Siglos después un sabio griego dijo que “panta rei”…. ¿juat? Que todo cambia, que ni siquiera te puedes bañar dos veces en el mismo río, porque el río cambia a cada momento y la tierra está cambiando a cada momento, desde que empezó echa una bola de materia ardiente, hasta el día que explote en mil pedazos, o quinientos……. igual que el sol, está cambiando todo el tiempo.
Hoy los modernos cavernícolas (eran más amplias las cuevas que nuestros apartamentos y muchos parecen cuevas) también andamos asustados, ahora que porque la tierra se está calentando y los hielos se están derritiendo. Hoy como entonces, se oyen las voces de los sacerdotes y los expertos con mil teorías y mil soluciones…Los sabios casi se han extinguido y hablan más quedito.
Nada hay nuevo bajo el sol… Hoy, como ayer, hay expertos que tratan de asustar a la gente para sacar provecho a la situación y, hoy como ayer, los más indefensos serán los sacrificados a los nuevos dioses.
Más peligroso que el agujero que se agranda en la capa de ozono es el agujero que se va agrandando en los cerebros y cada vez nos hace más irracionales… Se está perdiendo la capacidad de raciocinio. Más peligros que el calentamiento global, es el enfriamiento del corazón que lleva al egoísmo, al odio y a la destrucción éstos pueden acabar más fácil con la raza humana, que los cambios en el cielo y en la tierra. La tierra el día que se canse simplemente va a empezar a tirar su carga por todo el espacio… Mientras que los humanos parece que no nos cansamos de hacernos daño los unos a los otros………..
¿Por qué se van a juntar en Cancún, México los delegados que buscan soluciones al calentamiento global? Cómo no van y hacen su reunión en una selva desolada por deforestación. Cómo no van a hacer su junta a la orilla de un río contaminado y apestoso… Nomás falta que ya tengan listas las declaraciones que van a dar al final, como pasó en la junta pasada en Copenhague….
EL PILÓN: ¿Qué pasó con el gurú del calentamiento global, don Al Gore, por qué tan callado… ya se le enfrió el fervor?