A fines del siglo XVIII, por el año 1776 de la independencia para ser más precisos, “Estados Unidos” no era más que una delgada franja de colonias regadas en la costa del Atlántico y un vasto territorio todavía sin explorar hacia el oeste. Mientras que Inglaterra Era la potencia mundial del momento. Era la dueña de los mares, y la principal potencia económica, militar, y política del mundo. Para que Estados Unidos le declarara una guerra de independencia a Inglaterra iba a necesitar ayuda, mucha ayuda. Y la tuvo. Los libros de historia tanto de Estados Unidos como de Francia y España poco hablan de eso.
Gran Bretaña, el gran imperio con sus prácticas imperiales había acumulado muchos enemigos , entre ellos Francia y España que habían perdido territorios a Inglaterra y, aunque al final fue improductivo, como en el caso de España que pronto vio cómo sus colonias seguían el ejemplo de Estados Unidos, de todos modos estuvieron prestos a ayudar a las colonias en su guerra contra Inglaterra, y esto fue lo que posibilitó la victoria en la emancipación estadounidense, que de otro modo, o hubiera durado mucho en lograrse o no se hubiera logrado del todo.
Los franceses lucharon juntos, codo con codo con a los colonos en el norte contra los ingleses, mientras que los españoles luchaban solos en el sur haciendo frente a la armada inglesa y al final bloqueándoles todo el sur.
Benjamín Franklin fue el enviado a pedir ayuda a Francia, que aceptó fácilmente. En 1778 le llegó a Carlos III una misiva desde París donde le exponen que Francia declara la guerra a Gran Bretaña, el reconocimiento de la Independencia de las Trece Colonias inglesas en Norteamérica y también se invitaba a España para ayudar en la campaña de los colonos rebeldes.
En España se veía la oportunidad de recuperar los territorios perdidos y al mismo tiempo derrotar a Inglaterra de una vez por todas quitándole la hegemonía naval.
Carlos III quería ayudar a los rebeldes, pero empezó a temer que esas ideas revolucionarias de independencia contagiara a las colonias españolas de ultramar. Se ofreció como intermediario entre la corona inglesa y las 13 colonias rebeldes a cambio de que Inglaterra le regresara los territorios que España había perdido en la guerra de 1763, incluyendo las dos Floridas, pero no lo aceptan y no le queda más remedio que actuar legalmente contra los ingleses.
Ya desde 1776 España estaba ayudando a los colonos con material bélico. Y cuando Benjamín Franklin en su viaje a Paris para pedir ayuda a Luis XV, se entrevista con el Conde de Aranda para hacerle la misma petición, la ayuda le fue concedida y a través de la casa de Gardoqui en Bilbao se enviaron 215 cañones de bronce, 30,000 mosquetes, 30,000 bayonetas, 51,314 balas de mosquete, 300,000 libras de pólvora, 12,868 granadas, 30,000 uniformes y 4000 tiendas de campaña, por un valor total de 946,906 reales.
El ejército americano que ganó la batalla de Saratoga, fue armado y equipado por España, llevando además, esta Victoria la entrada de Francia en apoyo a la independencia de Estados Unidos de América.
Francia apoyaba desde el norte a los colonos y España lo hacia desde el sur, por el Golfo de México, desde la Habana y Nueva Orleans, donde se encontraba el Gobernador de La Luisiana Española, Bernardo de Gálvez, hijo del Virrey de Nueva España, Matías de Gálvez.
Según La Real Orden del 2 de Febrero de 1780 se hicieron los preparativos en Cádiz para embarcar una flota de 16 buques de guerra y 74 transportes con miles de hombres y pertrechos, pero no llegaron sino hasta Agosto a la Habana. Por lo que don Bernardo de Gálvez con tan solo unos 1.400 hombres, tomó las fortalezas de Baton Rouge y la Mobila, (Mobil Alabama) y luego, en 1781 cuando la guerra está más equilibrada, Bernardo de Gálvez con sus hombres y otros 3,600 de los refuerzos llegados de la península, llegan a Pensacola, la más importante fortaleza de La Florida Occidental, siendo esta asediada por tierra y mar, protagonizando una batalla decisiva y valerosa.
De ahí su famosa frase “Yo Solo”, que dicen que dijo cuando no le llegó más ayuda, que se refleja en el escudo de la ciudad de Pensacola, Florida, pues fue de Gálvez con su bergantín Galveztown quien alentó al ejército español y derrotó al ingles.
Esta derrota inglesa fue un duro golpe que no se recuperó el ejercito anglosajón, siendo acorralado en el centro por dos ejércitos, el español al sur y el franco-colono por el norte.
Bernardo de Gálvez fue tan elogiado y aclamado por sus acciones en la Guerra de la Independencia que no solo fue reconocido y premiado en España, sino también por Francia y Estados Unidos, pues en el desfile de la Victoria estuvo a la derecha de George Washington.
Muchas más ayuda dio España, baste decir que la batalla decisiva de Yorktown entre el 26 de septiembre y el 19 de octubre de 1781 se ganó en gran parte por la ayuda financiera que mandó el pueblo cubano… que cuando George Washington le pidió ayuda, se juntaron 1 800 000 pesos de ocho reales, pesos de plata. Se cuenta que hasta hubo habaneras que regalaron sus joyas para la colecta…. porque Washington ya no tenía para pagar a sus tropas y pertrechos para terminar la guerra… y la ganó, con ayuda, pero logró la Independencia. Independencia que pronto estará celebrando el pueblo «americano» estadounidense…. Buena oportunidad para desempolvar libros de historia poco leídos y entender que, en cualquier aspecto de la vida de los individuos y de las naciones, poco se logra sin ayuda de los demás…. Herodoto Soto
NOTA:- Bernardo Gálvez, fue virrey de la Nueva España al morir su padre Matías Gávez que era virrey, pero a don Bernardo lo quitaron a los dos años, porque se desconfiaba de él porque si ayudó a la Independencia de Estados Unidos, parecía que se inclinaba a la Independencia de México… Un personaje interesante… Entre otras cosas con que se le recuerda, la ciudad de Galveston, Texas se llama así porque él.