Tenía tiempo sin ver a mi compadre Jorge, lo encontré sin querer en una tienda y platicando me dijo que iban él y su esposa rumbo a unas juntas… que da gratis un centro gigantesco de salud para enseñar a la gente a vivir más saludable… los vi y los volví a ver… Los miré y los remiré. Moví la cabeza para un lado y para el otro… y no me pude contener…
− Pero hombre, a esas altura ya no necesitan ustedes seminarios ni juntas para vivir saludables lo que necesitan urgentemente es un seminario o juntas que les ayuden a bien morir…
Lo dije bien convencido, pero por los ojos que me echó Jorge, y la forma en que me ignoró, hicieron que me acordara porqué tenía tanto tiempo sin verlo, no le gustan mis comentarios y siempre me da la contra en todo. Pero esta vez, será porque ya está tan viejo y tan cansado, no se atrevió a contradecirme ni a decirme nada… dijo que llevaba prisa y que después nos veríamos y se fue con su lento caminar que él, no sé cómo, pero hace que parezca que va a ma… s velocidad.
Sin embargo todavía digo y sostengo lo que le dije a mi compa Jorge… La preocupación por vivir saludable debe ser cuando “empiezas” a vivir y mientras estás vivo, ya cuando “viviste” y te estás muriendo tus preocupaciones deben ser otras…
A lo mejor hasta yo, por más que hable, diga y predique, soy como toda la bola, que a los primeros síntomas de alguna enfermedad nos apuramos más de la cuenta. Porque la verdad, la mera verdad, no es que busquemos vivir más, unos años más; No, señor, lo que buscamos en el fondo, si andamos hundidos y en la superficie si andamos flotando, es vivir para siempre, lo que buscamos es no morir, escabullírnosle a la muerte, sacarle el bulto, pero no se puede… ¡Señor, eso han querido todos antes que tú y no queda ni uno! Ya no pierdas tiempo… ni gastes dinero en remedios mejor invierte en un buen espacio en el cementerio… que ni en eso debías de gastar, que quemen tus despojos o que los tiren, y deja el dinero para los nietos, a ver si ellos aprenden a vivir saludables desde chicos no cuando se estén muriendo…. Amen, ruega por él.
Al ver a mi compa Jorge tan “avejentado”, comprendí también que para saber morir se necesita saber mantener la juventud. Es decir para morir se necesita estar vivo.
Morirte poco a poco, sin darte cuenta, es ir perdiendo la juventud y déjame que te diga que la juventud es algo más que un cuerpo fuerte y ágil. La juventud es algo más que una piel bien ajustada al cuerpo, piel sin arrugas, bien planchada. Algo más que una cabeza con pelo y sin canas. La juventud es más que todo eso, y sobre todo eso, está en el corazón y en el cerebro. La juventud es esa disposición a la aventura de vivir, la valentía ante lo desconocido y el gran deseo de conocer “nuevos mundos”, aunque se tenga que abandonar la comodidad de lo seguro, para enfrentar lo inseguro… y aquí le podría seguir hablándote de la juventud, pero si no la has pedido, no es necesario que te lo diga y si ya la perdiste, nada de lo que te diga te hará recobrarla.
La juventud no se va si no la dejas ir. Nunca te abandona si tú no la abandonas. Pero si no la tratas bien, si la descuidas, entonces sí te deja, con tristeza se va retirando y triste te va dejando. Pero tratando bien a la juventud, ¡Uh, amigo, te dura toda la vida! Porque la juventud es como una buena amante… o como los dientes, para que mejor me entiendas. A unos se les pican y los pierden a temprana edad, a otros les duran toda la vida porque lo supieron cuidar… somos pocos los que sabemos cuidar los dientes, yo los tengo casi todos…. en una cajita… pero eso ya es contar las muelas…
La juventud consiste en estar enamorado de la vida, vivirla a plenitud y entender que la muerte es el último acto de la vida, y que de la misma manera que no peleaste para pasar otro mes en el útero, por muy a gusto que allí estuvieras, tampoco vas a pelear unos años más en este mundo, por muy bonita que te parezca la vida.. Hay que salir de aquí a su tiempo para empezar otra vida … y la juventud nos hace creer y esperar que hay otra… y si no, de cualquier manera se cruza con valentía y esperanza esa puerta a lo desconocido….El chiste no es vivir, sino saber vivir… y saber morir. Hay quienes sean mejor ejemplo a la hora de morir que a la hora de vivir. Esos que no dieron ejemplo con su vida, pero sí lo dieron con su muerte, casi como esos sonetos no muy buenos que se salvan con el último verso… Y a ver si unos versos me salvan este artículo… Son de un tal Dr. Letamendi, como un consejo para una vida saludable. Los compartió, hace meses, el columnista Armando Fuentes Aguirre, “Catón”, primo del difunto Profesor Girafales..
Vida honesta, moderada.
Tomar muy pocos remedios,
y poner todos los medios
de no alterarse por nada.
La comida, mesurada.
Poco vino. Nada de humo.
Ejercicio y distracción.
Salir al campo un buen rato.
Con todos tener buen trato…
y no abusar del colchón.
Salud y saludos y hasta la próxima semana…