¿Te acuerdas cuando estabas en el vientre de tu madre? Aquella penumbra, aquella humedad, aquel silencio y luego los sonidos sordos que parecían venir del “masallá” ¿Te acuerdas cómo imaginabas que sería la vida después de nacer…? ¡No seas mentiroso! ¡Qué te vas a acordar!
Pues de la misma manera que te acuerdas de los nueve meses que estuviste en el vientre de tu madre y de cómo imaginabas que sería la vida en el mundo cuando nacieras, de esa misma forma cuando estés en ese famoso “Masallá” te acordarás de tu pasar viviendo en el mundo y cómo imaginabas la vida después de morir…. ¡No te vas a acordar ni m..aiz, paloma..
Y así como entonces, te colgabas de la tripas en el vientre de tu mamá porque no querías nacer…. ¡Pero naciste! (aunque te tuvieron que nacer a empujones) así ahora te aferras a los tubos de sueros y antibióticos y a las batas de enfermeras y doctores porque no te quieres morir, ¡Pero te vas a morir…! ¿Que no quieres? Pues no se trata de que quieras o no, mi amigo. Nadie te está pidiendo permiso, ¿acaso alguien te pidió permiso para que nacieras? No, ¿verdad? Entonces qué alegas… Ce’t la vie… y si no se la viste ya te fregaste.
La pregunta del millón es, si nadie te pidió permiso para que nacieras, para que empezaras a ser, si no firmaste ningún contrato de existencia, ¿tiene “alguien” derecho alguno a exigirte que seas de una forma determinada, que vivas de tal o cual forma, que des una respuesta determinada a la vida, y si no la das en el mundo las darás en el infierno?… Ey, Ey…nomás son preguntaciones no te alborotes ni te alebrestes. Yo nomás pregunto, si no quieres contestarme no me contestes…. Aunque sí sería muy bueno que cada quien se contestara con toda sinceridad… porque de lo que te respondas dependerá tu actuar en el mundo, y tu actuar en el mundo afecta a los que te rodean y todos estamos rodeados por todos.
Por eso es importante que todos tengamos la misma idea y que todos jalemos en la misma dirección y que todos busquemos el bien de todos, si de eso se trata el vivir en el mundo, o el mal de todos si de eso se trata el morir en el mundo… con toda intención te estoy enredando la madeja un poco, para que al desenredarla te enredes pensando, porque pensar es lo que nos hace falta.
Las divisiones que hoy existen en el mundo deberían ser cada vez menores por tanta información que tenemos al alcance de la mano… y del dedo. Pero andamos tan atrasados en la pensadera que en lugar de usar los medios para buscar esa información que nos hará enderezar el camino como raza humana, desperdiciamos el uso de esos medios, como computadoras, celulares y las tabletas, y los usamos para buscar sabe qué monitos, y andamos como pe… rdidos por el mundo. Y luego pasan cosas… en Francia, en México, en Santa María y todo el mundo, y es cuando dan ganas de perder la fe en la raza humana, es como para decir ¿para qué me tocaría nacer con esta bola de po…kimones?
Porque, aunque da tristeza decirlo, ha habido épocas de más lucidez de la humanidad que esta que estamos viviendo; usted dispense si le quedó el saco, pero la verdad no peca aunque sí incomoda, nunca la humanidad había estado tan manipulada como ahora. Ni las religiones de miles de años ni las universidades modernas han podido dar una humanidad más humana…En la influencia de las masas han podido más la telenovelas y los estadios que las cátedras y los púlpitos, ¡y eso es una lástima…! Hablando de religión, el otro día me salió uno con que en su iglesia no se hablaba de Religión sino de Relación… Ciertamente suena bien, aunque, platicando, platicando vi que era lo mismo, sólo que nadie quiere llamar religión a su institución, porque las religiones están un poco desprestigiadas; y platicando platicando vimos que se pueden cambiar nombres, pero lo que no cambia son las charolas de las colectas que siguen siendo muy parecidas en cualquier religión-relación y cada vez son más grandes… las charolas no las religiones. “Es que si no le das a Dios a quién le vas a dar, no hay nada gratis en este mundo”, me dijo el amigo. Sí hay cosas gratis, ¿cómo fregaos que no? Es gratis pensar, es gratis imaginar es gratis el ser feliz y es gratis dejar de ser tan pen…… Todo eso y más cosas son gratis, porque gratis son las cosas verdaderamadremente importantes en la vida… Casi te diría que lo que se tienes que comprar con dinero en esta vida no tiene valor verdadero…
Muchos siguen creyendo que las “cosas” en este mundo sólo se solucionarán con nuevas ideas o a balazos. Pocos entienden, por ejemplo, el gran aguante del pueblo mexicano que se resiste a tomar las armas… Es que las armas no han sido, no son, ni serán nunca la verdadera solución, la solución final a los problemas de los pueblos y de la humanidad. A no ser que con una explosión se acabe con la humanidad y muerto el perro se acabó al rabia.. santo remedio.
Por otro lado, desgraciadamadremente estamos en una situación en que ni las armas ni las ideas nos pueden salvar, por la sencillísima razón de que no tenemos ni las unas ni las otras… y también faltan otras cosas..
Allá andan los nuevos revolucionarios y los nuevos cristeros, queriendo resucitar revoluciones. Hacen cabalgatas, agitan banderas… pero a leguas se ve que no son descendiente de los Pérez de un corrido de mi tierra… más bien parecen descendientes del Doménico de Luna… el que la mecha prendió y a los primeros balazos fue el primero que corrió… y atrás de él correrán todos esos revolucionarios de telenovela… Amén.
Estos libros ya están disponibles en http://www.amazon.com Preguntén por Mario Soto Centeno… aunque no los lean pueden comprarlos, porque con cada libro amazon me da para una caguama para que siga la inspiración… Gracias. salud!!!! y saludos
Licenciado Vidriera, «Vivir o morir en el mundo», es la frase que más me ha hecho pensar esta ocasión. Es cierto que algunos existimos sólo viviendo y otros muriendo mientras estamos sobre la faz de este planeta. Vivimos quienes creemos en nosotros mismos y congeniamos entre muestras creencias, pensamientos y acciones, meditando responsablemente en lo que sucede y tratando de aportar una solución a cualquiera que sea la situación en que nos involucramos. Sin embargo, morimos cuando sólo nos lamentamos de todo lo que nos pasa y culpamos a los demás de nuestros errores, permaneciendo en el «status quo», sometiéndonos y sufriendo las detestables consecuencias en las que nos sentimos irremisiblemente atrapados.
Además, creo firmemente que tanto morir mientras vivimos como viviir muriendo son realidades que nosotros podemos crear o destruir, dependiendo de el enfoque y disponibilidad de cada uno.