Esta semana en El Aviso… El Refrán está bueno….

LA COLUMNA DEL LIC. VIDRIERA.

 

Desde verduras-fibrahace un par de años me ha tocado redactar cada semana un artículo de Plantas que curan... ya hemos hablado de cientos de plantas muy útiles como medicinas, pero también hemos tratado de fijarnos en su utilidad como alimentos, como grandes proveedoras de las proteínas, vitaminas, fibras, aceites, minerales y demás nutrientes que nuestro organismo necesita para vivir bien… o mejor. ¡Si te contara todo lo que he aprendido leyendo sobre plantas!… Si te contara, te darías cuenta que no he aprendido mucho, por eso mejor no te cuento.

Pero una cosa que sí he aprendido, y es que la base para una buena salud es la alimentación, es tan obvio que ni siquiera sería necesario decirlo, pero últimamente, y cada vez más, la humanidad sufre a causa de más y más enfermedades relacionadas con la mala alimentación. Hasta parece que alguien está empeñado en que la gente viva enferma, porque la propaganda mala sigue y las buenas advertencias faltan.

Bastaría con que hiciéramos caso a lo que dijo hace ya unos años don Hipócrates, considerado el padre de la medicina: “Que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento sea tu medicina.” Nuestra vida toda sería mejor, y al ser más sanos, las repercusiones en el mundo se sentirían en una mejor convivencia entre los humanos. Por ejemplo, al ser menos carnívoros nos volveríamos menos gruñones.  Al padecer de menos estreñimientos y retorcijones por las malas digestiones, seríamos más amables, habría menos mentadas, menos caras duras y más sonrisas, los que tiene autoridad serían menos autoritarios y los que creen que tienen autoridad serían menos prepotentes…y ‘ai donde la ves’, pueque hasta menos guerras hubiera.

Uno de nuestros tantos errores es que en unos cuantos siglos nos hemos vuelto más carnívoros de los que deberíamos, y no sería raro que el aumento en enfermedades cardiacas, cánceres y diabetes, fallas en el hígado y los riñones tengan mucho que ver con nuestro consumo de animales muertos, de los que no podemos decir que tengan propiedades curativas como decimos y sabemos que tienen las plantas. Dime tú de algún curandero que recete carne para curar… Ah, pero sí hay miles de remedios que provienen de las plantas, desde tradicionales tés baratos hasta pastillas de nombres raros y caras, pero, ¿Alguna vez te han dicho que un té de carne de puerco es bueno para curar algo?  ¿Te han dicho que un filete de res empanizado es el mejor cataplasma contra las reumas, o que las albóndigas limpian los pulmones, o qué…? Ni siquiera el caldo de pollo tan recomendado para los resfriados, para que no te la andes…. Lo que cura, ha de ser el caldo caliente y las verduras, no la carne de pollo, cálale y verás.

La carne no cura ninguna enfermedad… Entonces, si Hipócrates dijo que tu alimento sea tu medicina, manda la carne al carajo y come granos y plantas, frutas y raíces…y vivirás más sano y más feliz…tú y los que te rodean.

    Me dcarne-de-mamutirás: “Es que no se puede vivir sólo con verduras y frutas…”, pero eso debes de decírselo a los toros, a las vacas, a los elefantes, a los caballos, y tantos otros parientes nuestros del reino animal que son más fuertes y potentes que tú, y no comen animales, a no ser alguna mosca o saltamontes que se vaya entre la yerba y algún tepocate que se vaya entre el agua que beben del arroyo y del charco; y díselo a las tortugas que tampoco comen carne y viven muchos laaaargos años. Bueno, hasta los burros entienden que se puede vivir sin comer animales muertos.

Alguien me dirá, también: “Los humanos hemos sido carnívoros por muchos miles de años” Sí, es muy cierto, pero no engordábamos a los animales a la carrera con trampas y sustancias dañinas como lo hacemos ahora; como también es cierto que hoy comemos muchos alimentos procesados que contienen añadiduras para preservarlos y hacerlos agradables a la vista y al olfato, aunque por dentro lleven venenos. Hasta a las frutas les añaden ceras y pinturas para hacerlas más atractivas y venderlas más caras, y de paso hacen que las cáscaras, tan llenas de nutrientes y tan saludables, sean peligrosas de consumir.

En otras palabras: Nos estamos engañando solos… (nos hacemos pendejos, pues) nos estamos arruinando solos… nos estamos quitando la salud solos…nos estamos matando solos.

 

   El Pilón: Oye, Si no puedes dejar de comerte ese menudito los fines de semana ¿por qué no le añades unos nopalitos bien picados y cocinados al menudo…? ¿Y ya le calaste a cocerlo añadiéndole una o dos cervezas al agua? Ha de salir más blandito, más fácil de digerir y más sabroso, creo yo… Luego me invitas, digo, luego me platicas…

 

 

DICHOS Y REFRANES

«El que vive en un corral de una caca se enamora»

caca-de-vaca La boñiga es el excremento de algunos animales, especialmente de reses y caballos.

Son muy útiles las boñigas, las usábamos en el rancho como abono en agricultura, como combustible porque no había mucha leña y en algunas partes para enjarre de paredes, y un tío enjarraba los colmenares de carrizos par alas abejas. Pero al dicho no le importa todo esto, sino que se refiere al mal aspecto y olor de las boñigas… al compararlas con la pareja que se tuvo que aceptar al no haber más… porque se vivía apartado en el rancho y no había más que aceptar a Pancho o quedarse de cotorra…Se lo oí a unos viejos vecinos, cuando en una plática le preguntaron a doña Aga… cómo se había enamorado de don Juan… se “llevaban” mucho y se la llevaban bien porque eran muy  alegres, por lo que ella contestó riendo: “El que vive en un corral, de una mierda se enamora”….

Lo cual quiere decir, ni más ni menos, que el medio donde nos movemos marca nuestras vidas en más sentidos de los que imaginamos…

 

POR QUÉ SE LLAMA COMO SE LLAMA…

LA BREA, CA.

 

 

El área de lo que hoy es la ciudad de La Brea fue visitada el 29 de julio de 1769 por la expedición de Gaspar de Portolá -primeros europeos que vieron los terrenos del interior de Alta California. El grupo acampó en Brea Canyon, cerca de una aldea nativa grande y una pequeña lagunilla de agua limpia. Un monumento en Brea Canyon, justo al norte de la ciudad, marca el lugar del hecho histórico del paso de los españoles al mando de Portolá por la región.

Rancho Rincón de la Brea fue una concesión de tierra mexicana de 4,452 acre (18.02 km2) en 1841 por el gobernador Juan Alvarado a Gil María Ybarra. La legua cuadrada de la concesión original fue extendida hacia el sur del arroyo de San José hasta las colinas de Brea Canyon. El rancho también era conocido como “Rancho la Cañada de la Brea” cuando la solicitud de la concesión fue hecha en 1841, pero después se conoció más como “Rancho Rincón de la Brea” y “Rancho de los Ybarras”.  El rancho estaba situado en lo que hoy es una zona no incorporada del Condado de Los Ángeles: al este de Rowland Heights, al sur de La Puente, al oeste de Diamond Bar y al norte de Brea.

Gil María Ybarra (1784, San Diego –1855, Rancho Rincón de la Brea) En 1812 Ybarra se casó con María Apolonia Manríquez (1796, San Diego –1856, Walnut California).  Ybarra construyó una casa en Spring Street en Los Ángeles – La calle Spring  (Primavera)  entre la calle Ord y la Plaza fue llamada Calle de los Ybarras. Él era un partidario prominente del sur contra el gobierno de Alvarado en 1837–1838. Ybarra fue síndico del Pueblo de Los Ángeles en 1831. Como síndico, era su deber recibir o hacerse cargo de la propiedad en litigio y liquidación de activos de los que estaban en quiebra. Fue alcalde de Los Ángeles en 1836-1837.

Con la cesión de California a los Estados Unidos después de la guerra México-Americana hubo una nueva ley de tierra y se presentó un reclamo por el  Rancho Rincón de La Brea ante la Comisión de tierras públicas en 1852,  y la concesión fue patentada a Gil Ybarra en 1864.

Brea es una ciudad en Condado de Orange, California. La ciudad tuvo su origen por la abundancia de petróleo…

El pueblo de Olinda fue fundado en el actual Carbon Canyon a principios del siglo XIX y muchos emprendedores llegaron a la zona en busca del “oro negro” (petróleo). En 1894, el dueño de la tierra, Abel Stearns, vendió 1,200 acres (4.9 km2) al oeste de Olinda a la recién creada Unión Oil Company of California, y por 1898 en muchas colinas cercanas comenzaron a aparecer torres de madera de pozos de perforación de petróleo en el recién descubierto yacimiento de petróleo, Brea-Olinda Oil Field.

En 1908 el pueblo de Randolph, nombrado por el Ingeniero ferroviario Epes Randolph, fue fundado al sur de Brea Canyon para los trabajadores petroleros y sus familias.

Los pueblos de Olinda y Randolph crecieron y se fusionaron cuando hubo el auge de la economía, y el 19 de enero de 1911, se registró el mapa de la ciudad bajo el nuevo nombre de Brea, de la palabra en español para asfalto natural (también llamado betún, brea o alquitrán).

Con una población de 752 habitantes, La Brea se incorporó el 23 de febrero de 1917, como la octava ciudad oficial del Condado de Orange.

Cuando la producción de petróleo disminuyó, hubo algo de desarrollo agrícola, especialmente huertas de limoneros y naranjos. En la década de 1920, la cámara de comercio de Brea promovió la ciudad con el lema “Petróleo, naranjas y oportunidad.” “Oil, Oranges, and Opportunity.

En 1950 Brea tenía una población de 3,208. Los cítricos dieron forma gradualmente a parques industriales y promoción Residencial. En 1956, Carl N. Karcher abrió los dos primeros restaurantes Carl Jr. uno en Anaheim y otro en Brea. Luego, la apertura de la autopista Orange (57) y el Brea Mall en la década de 1970 propiciaron mayor crecimiento residencial,

A finales de 1990, una franja de 50 acres  (200,000 m2) del centro de Brea entre Brea Boulevard y la Birch Street fue convertida en una zona comercial y de descanso, con cines, cafés, un club  de comedia en vivo de la cadena The Improv, numerosas tiendas y restaurantes y un mercado semanal de productos agrícolas… La zona localmente es conocida y se presenta como centro de la ciudad de Brea. Downtown Brea

Sunset magazine a principios de 2006 nominó a La Brea, uno de los cinco suburbios mejores para vivir en el oeste de los Estados Unidos. La población en fecha el censo de 2010 era 39,282.

 

 

SIGNIFICADO DE

 

GABACHO

La palabra gabacho es muy antigua proviene de la vieja rivalidad entre España y Francia.  Gabacho, es un término despectivo con el que se conoce a los franceses y que proviene del idioma occitano (del sur de Francia) y gavach, es vocablo de origen prerromano poco claro que significa ‘que habla mal’.

El sentido propio de este término, sin embargo, era ‘buche de ave’, y también ‘bocio’, y se aplicaba a los montañeses de las zonas occitanas que con frecuencia se enfermaban de bocio    —agrandamiento de la glándula tiroides que origina una prominencia en la parte inferior del cuello—

Se trataba, al parecer, de una zona pobre, de modo que muchos gabachos se trasladaban a España como vendedores de baratijas, ocupándose en los trabajos más duros. Gabacho se usa en castellano desde la primera mitad del siglo XVI, dos siglos después se aplicó a todos los franceses. En México se emplea hoy, como sinónimo de gringo, para referirse de forma despectiva a sus vecinos del norte. Puede ser una herencia española.

Unamuno escribió en 1899 que «en los pueblos del interior (de España) todo extranjero es gabacho, porque lo mismo les suena el francés que el inglés o el ruso»?

 

 

HUMORADAS

 

Sor Bertha de la Asunción recibió el encargo de la madre superiora que le escribiera una nota al Monseñor para pedirle un permiso para una celebración de una misa en el patio del convento, y allá va Sor Bertha y empieza a escribir..

Monseñor,  le escribo esta carta… pero de inmediato se da cuenta que suena muy familiar y el monseñor es de mucho respeto, por lo que empieza de nuevo, Don Monseñor, le escribo esta carta… pero no, como que no le simpatiza… como que Don suena demasiado formal.

Para no cometer un error grave, va con la superiora,

− Oiga madre, Monseñor se pone con don…o….

− ¡Claro hermana, -interrumpe la superiora-  nomás se imagina  si no se pusiera condón este convento sería una guardería.

 

 

Dos ratones estaban en su agujero, temblando de miedo, con las espaldas pegadas a la pared a rece y rece. Afuera se oye el maullido de un gato, su resoplido y sus pasos. De pronto se hace el silencio y luego se escucha: “¡Guau, guau!”. Salieron entonces, los dos ratones, pensando que había llegado el perro y que el gato había huido. El inteligente minino, que estaba al acecho, los atrapó y se los zampó. Relamiéndose los bigotes, pensó: “Tenía mucha razón mi papá: es muy útil saber un segundo idioma”

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Acerca de licvidriera

Leo, medito, escribo, vivo y escribo en la eternidad
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