FIDEL CASTRO EN MÉXICO
Fidel Castro nació en 1926, en el seno de una familia de terratenientes. En su juventud tomó consciencia de los contrastes entre ricos y pobres y empezó a alimentar ideas revolucionarias.
En la década del ‘50, Cuba era considerada un paraíso de ricos en manos de la mafia. La prostitución, el juego y el tráfico de drogas eran problemas endémicos. El régimen de Fulgencio Batista se había convertido en sinónimo de corrupción, inmoralidad y fuerte desigualdad.
Fidel Castro, con un grupo de jóvenes ansiosos de cambio y de justicia social decidió derrocar a Batista y dirigió un asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953. El intento fracasó, sin embargo, marcó el inicio de la revolución que el mismo Fidel encabezaría.
Después de un breve período en prisión, de la que salió gracias a una amnistía, Castro se exilió en México, a donde llegó en julio de 1955, en un avión carguero, un DC-6 de dos motores. Primero aterrizó en Mérida y tras varias paradas, lo dejaron en Veracruz. De ahí viajó en autobús a la Ciudad de México.
Fue en México donde se forjó su ejército, donde conoció al Che, donde entrenaron y de donde zarpó en el Granma para lograr la liberación de Cuba.
La casa de María Antonia González, (2a. la foto) era punto de reunión de los recién llegados de la isla, y cuartel general del Movimiento 26 de Julio.
Entrenaban la zona montañosa de Ayotzingo, municipio de Chalco, Edo. de México.
Castro Ruz y Ernesto el “Che” Guevara fueron aprehendidos en junio de 1956 en la Ciudad de México por policías preventivos, y luego entregado a la Dirección Federal de Seguridad (DFS) donde lo mantuvieron seis días. Supuestamente porque caminaba armado y tomado, después de una reunión. En sus declaraciones, Fidel negó tener ideología comunista; al contrario, Ernesto Guevara siempre se declaró miembro activo de Movimiento 26 de Julio. El ex presidente Lázaro Cárdenas y otros personajes intervinieron para que quedaran en libertad
En noviembre de ese año, Castro y 81 hombres zarparon de Tuxpan, Veracruz con destino a Cuba en el yate Granma.
Antonio del Conde era un vendedor de armas en la ciudad de México. Un día Fidel entró a la armería de del Conde y le pidió ayuda para conseguir armas y munición, un arsenal, y un navío porque iba a liberar a Cuba, del Conde aceptó y reparó y adaptó el yate que era para ocho personas, pero que al final zarpó de Tuxpan, Ver. con 82 hombres a bordo…. y lo demás es historia!
Siempre ha habido buena relación entre la gente de Cuba y la de México, por eso las relaciones de Castro con el gobierno mexicano, siempre fueron buenas.
Muchas veces estuvo Castro en México y siempre fue bienvenido… bueno, menos la ves del famoso “COMES Y TE VAS”, recomendación que le hizo el presidente Vicente Fox a Fidel cuando iba a asistir a una reunión internacional en Monterrey…. Eso enfrío las relaciones entre los dos gobiernos, pero nunca entre los dos pueblos….
HUMORADA
“¿Cuánto cobras?” -le preguntó Macario a la mujer, que más parecía piruja simple y llana que sexoservidora, como ella se hacía llamar. Cobro mil pesos, porque mis servicios son de primera… “Hace muchos años que fueron de primera iba a decir Macario, pero se contuvo, pensando que podría conseguir pareja para esa noche.
−Te doy dos mil, por tus servicios, pero tengo que decirte que soy un poco maniático…
La mujer no se inmutó, conocía todas las maniaticadas y extravagancias de los hombres, pero de todos modos preguntó.. .
− Si es porque prefieras alguna ruta en especial no hay problema, ¿o qué es lo que te gusta hacer?
−Soy un poco sádico -dijo Macario- necesito golpear a mi pareja para poder llegar a la cumbre del placer… y hacerlo como a mí me gusta.
−¿Y me golpearías mucho y muy fuerte?
Preguntó un poco temerosa, la mujer.
−Eso va a depender de ti.
−¿Y por qué de mí?
−Porque yo te golpearé nada más hasta que me devuelvas los dos mil pesos.