Tenía toda la intención de seguir con el tema que traíamos de los medios de comunicación-manipulación, se estaba poniendo bueno, pero ¿sabes lo feo que es el estreñimiento? No, no me refiero al intestinal, me refiero al estreñimiento cerebral, ese que te da cuando te quedas mirando a “ningunaparte” y a “ningunacosa” y cuando te preguntan “¿qué estás pensando?” dices con toda verdad ¡Nada! “Entonces ¿qué estás viendo” ¡Nada! Y todavía más pior cuando te pasa como a mí, que me senté frente al teclado y nada, y nada sale, ni esperanzas, porque a veces por lo menos hay esperanzas, como que se siente “ya viene”…. la idea, no seas cochino, pero nada, las ideas ni de chiste llegan… ni su sombra. Es terrible este estreñimiento.
Así que me van a dispensar esta semana. Para el otro estreñimiento ya hemos visto muchos remedios en PLANTAS QUE CURAN, pero para este estreñimiento cerebral, no he encontrado el remedio. Voy a tener que probar ese que cura todo mal, que termina con cal y empieza con mez, si funciona luego te platico.
Mientras tanto aquí sigo frente al teclado poniendo cara de inteligente pensante y escribiendo una letra de cuando en cuando, por aquello de las cochinas dudas, que si pasa el jefe que me vea “trabajando”.
No sería ni el primero ni el último en fingir que está trabajando duro. Todos gastamos (desperdiciamos) tiempo tratando de que se note lo que hacemos, y que no se note lo que no hacemos. Siempre aparentamos, y queremos que se note que estamos haciendo algo importante, que se note que somos necesarios…. (Que nos la crean es el chiste).
Algunos parece que hacen acuerdos entre ellos: “Yo te creo que eres importante, pero tú me vas a creer importante a mí… Yo hablo bien de tu trabajo, tú hablas bien de lo que yo hago y si le echamos un poco de más, mejor”
También gastamos mucho tiempo estirándole al trabajo para hacerlo rendir…. De modo que, al fin de cuentas, es más el tiempo empleado alrededor del trabajo que en el trabajo mismo.
Si dejaras de caminar de un lado a otro por los pasillos con unos papeles en la mano para que vean que andas trabajando, ese trabajo que hiciste en media hora lo podías haber hecho en 10 minutos.
Pero bueno, eso de hacerle al tonto en el trabajo es lo de menos, aunque para los patrones sea lo de más. Lo grave del caso es el aparentar en la vida, vivir aparentando, vivir de apariencias… Desde ese tipo que sale de pasar el día fingiendo que trabajaba y llega a su casa fingiendo que viene muy cansado porque tuvo un día muy “difícil” en el trabajo, (bueno, también el fingir cansa… y a veces más que el trabajar), pues ese “buenopanada” fingidor todavía llega maltratando a la pobre esposa, que de veras trabajó todo el día, porque no tiene lista la comida en la mesa…. Pero ¡güereminut! No se vuelen mujeres, que también hay fingidoras. De esas que llega uno a la casa y muestran una cara de angustia y cansancio como si hubieran trabajado mucho, pero luego encuentra uno que el niño tiene el pañal sucio, que la basura está escondida debajo del tapete… y luego te encuentras en el tambo de la basura las latas vacías de la comida que dijo que ella había cocinado… ni siquiera guardó el abrelatas para despistar.
Ya sé, todos fingimos alguna vez en la vida, yo ya llevo aquí buen rato fingiendo escribir una buena columna de la semana… ya te dije, estreñimiento cerebral, y a eso todos estamos expuestos o tenemos derecho.
Pero en realidad, al fingir lo que buscamos es parecer importantes, importantes en la familia, en la marcha del negocio, del mundo y hasta en la marcha del universo mismo. Si eres importante, qué bueno, pero si no eres importante para los demás, déjame decirte una gran verdad que debes meterte en la maceta: a base de fingir nunca vas a llegar a ser importante. Podrás echar maromas y brincos, pero entre más maromas eches, menos importante parecerás a los inteligentes, aunque logres engañar a algunos que, como tú, anden maromeando buscando ser tenidos por importantes. No, no pierdas tiempo buscando que los demás aprueben tu importanciedad, no pierdas tiempo acomodándote para que te estampen el sello de “importante”. Si eso buscas y con eso te conformas, permíteme que esboce una sarcástica sonrisa y te diga “Qué tarugo”. El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él, dijo Miguel de Unamuno… Pero si no te la crees ni tú solo ¿cómo fregaos quieres que los demás te la crean? Por eso mismo no puedes ser feliz, porque, el muy tarugo, estás poniendo tu felicidad en las manos de los demás, en la aprobación de los demás, y a los otros a lo mejor no les interesa ni tu importancia ni tu felicidad… GRAN Decepción te vas a llevar cuando te mueras y te des cuenta que el mundo siguió girando y corriendo y funcionando sin ti. No eras lo importante que creías… De la misma manera que el mundo y tú podrían seguir muy tranquilo esta semana sin esta columna… Pero yo no, porque necesito cobrar mi semana completa para las papas…
Salud y saludos,..

Ojalá la semana próxima podamos volver al tema interrumpido….a causa de los retorcijones cerebrales… Aquí entre nos, el estreñimiento fue a causa de que  todos los baños estaban ocupados…quiero decir que había muchos artículos de política esta semana en la revista, y eso que no se publicaron todos. Y al ver tanto escritor oportunista, que aprovechan la corriente para ganar popularidad, o sabrá Dios, como que no dan ganas de ir en esa compañía. Algunos sí se pueden llamar articulistas, porque analizan seriamente la situación y no buscan meter miedos y alarma en la población. Pero hay muchos que no se pueden llamar articulistas sino articu…  bueno, cualquier otro nombre, pero, no periodistas. porque si no averiguan los arroyo y los ríos que les tren sus noticias mucho menos van a revisar las fuentes. Tú usa la razón y no te dejes llevar por la corriente, por lo menos no pases adelante lo que no esté comprobado…