LA COLUMNA DEL LIC VIDRIERA

Hace años platiqué aquí en estas columnas de un amigo guitarrista que cuando a los doce años la gente le aplaudía sus actuaciones tocando guitarra, no entendía él por qué tanto barullo. Para él no era para tanto el que supiera tocar la guitarra, de hecho el creía que cualquiera podría hacerlo, que todos, que cualquiera podrían tocar la guitarra, y muchos mejor que él…
A propósito de lo mismo, nada menos el otro día, en un show viejito de un presentador que ya murió oí a un actor, que también ya murió, (Johnny Carson y Robert Mitchum) decía éste, (como el muchacho que tocaba guitarra), que el actuar no es gran cosa que merezca tanto aplauso. Creo que citaba a alguien que dijo que el mejor actor había sido Rintintín, y si un perro podía hacerlo bien, con mayor razón podrían actuar los humanos; no es mucha gracia… (Ah, pero a la hora de cobrar es otra historia).
Lo que sí se ve es que unos no buscan el aplauso y lo consiguen con facilidad, mientras que otros buscan el aplauso con tanta desesperación que a veces dan hasta lo que no deben dar. Creen que con los aplausos baratos conseguidos con un buen maquillaje o un buen photoshop a su físico o a su ego, van a aumentar su autoestima y en realidad lo único que están haciendo es perder su autoestima, al prostituirse por un aplauso. Por conseguir la aprobación de los demás pierden su propia aprobación. Su propia estima. Como la conciencia es a la vez testigo, fiscal y juez, no pueden en el fondo aprobar su comportamiento y acabarán por no aprobar su actitud. Pero algunos cierran los ojos y se dejan llevar por el remolino de los halagos y los aplausos y se olvidan de su interior, dejan ir por los aires la imagen inflada con aire caliente, mientras su verdadero ser estará acurrucado en la esquina de la depresión y el olvido… (Espérame, se oye bien eso… aunque se me hace que no dije nada de sustancia… ¿no andaré buscando aplausos baratos también?)
No, los aplausos que yo busco los quiero en el banco, no que me los manden con un like... Pero volviendo con los que dejan elevar por los vientos su imagen inflada con aire caliente, un día, tarde que temprano, se van a topar con su verdadero ser, enfrentarán su propia estimación y al compararla con la estimación de los demás por el ego inflado, se van a dar cuenta que perdieron más que lo que ganaron, que pagaron muy caros los likes, los aplausos… Pocos se enderezan, otros…pos ¡éntrale a la droga para la depre!
Y así tenemos casi toda una humanidad en busca de aceptación… pero el grave error está en que no buscamos la aceptación propia, los muy tarugos nos conformamos con la aceptación de los demás.
Siempre ha existido eso de los que se conforman con los aplausos a una imagen falsa de nosotros mismos, pero ahora con las redes se ve más claro y en todos los niveles sociales. Ahora es más fácil dejarse atrapar, ponerse de modo, para que nos aplaudan, nos den LIKES. La que más enseña más likes logra. El que más le da por su lado a la gente más likes logrará… Todo está en saber ir con la corriente. Muchos no se dan cuenta que ya dejaron de ser para sí mismo para ser un títere de los likes de los demás…. A leguas se ve que la muchacha se puso medio kilo de maquillaje, a veces bien puesto, para poner en su foto de perfil una imagen que, aunque algo tiene de ella no es la misma imagen con la que duerme la individua, Ah, pero se siente bien halagada cuando le dicen “¡qué guapa!”. Taruga no te das cuenta que guapa es la foto, porque tú sin maquillaje hasta te asustas a ti misma cuando pasas frente al espejo… Ahora que si en realidad eres bonita, hermosa, el que merece aplausos es Dios o el especialista que te hizo la cirugía, lo demás es lo de menos… Lo mismo pasa con el que nació con alguna cualidad especial… desde física hasta intelectual, pues ¡para qué hacer tanto alarde! Agradecer al dador y no creer al halagador… Como el oso de la fábula de Esopo, cuando ensayaba una danza y le preguntó a la mona su opinión, y la mona le dijo que no estaba presentable la actuación, que le faltaba más práctica. En eso llegó un cerdo, marrano o cochino y al ver al oso bailar se soltó aplaudiendo y gritando ¡Bravos!.. Entonces el oso, pensó: “dudé de la opinión de la mona, pero si al puerco le gusta mi baile es que ha de ser muy malo…”
Así tú, recuerda esto: Si el sabio calla, muy mal; si el necio aplaude, peor.
Por encima de todas las cosas trata de buscar tu propia aprobación. De ella dependerá tu verdadera felicidad. Sé para ti mismo no para los demás. Sé en tu casa, en tu vida real, no en las redes, en la vida virtual. Goza tus actuaciones, tus producciones, tus pensamientos… Yo disfruto lo que escribo, sobre todo alguna vez al año que me sale un buen escrito, o cuando logro alguna frase bien hecha, porque escribo en primer lugar para mí…(y para el cheque..Shhhhist) Salud!!

DICHOS Y REFRANES

«Al cabo que ni quería»

Al cabo que ni quería es la versión mexicana a la fábula de Esopo… de la zorra que al no alcanzar las uvas se alejó diciendo que estaban verdes…. y salió el dicho “Estaban verdes, dijo la zorra” eso y “Al cabo que ni quería” Se dice cuando alguien deja de perseguir, o tratar de lograr algo que no puede conseguir, fingiendo que no le importa o que no le interesa. Es decir, es una autoconsolación cuando no se logra lo que se buscaba, lo que se intentaba… “LLegaste tarde, Macario, ya repartimos todas al televisiones que regaló el gobierno con tu dinero” “No le hace, al cabo que ni quería, ya se acabo la novela que’vía”…
Consolación es también la del que quiere encontrar algo positivo en una desgracia, como dijo aquel al que tumbó el burro: “al fin que ya me iba a bajar” ……………..