DE MÚSICO, POETA Y LOCO…

Proponen para este jueve 8 de junio un minuto por la Paz.

Yo colaboro con esto que espero que sirva de reflexión.

Habló de la última guerra que hubo en México,
y que lagunos andan queriendo revivir, por lo menos, algunos recuerdan La Cristiada con Cabalgatas románticas… recordando algo que sus abuelos que la vivieron, cuando se lograron «los acuerdos», más bien querían olvidar.

Recordemos que los buenos acuerdos se Paz, deben hacerse antes de que empiece la guerra, los que se han hecho durante o después de las guerras,
casi nunca son justos y casi nunca han durado.
De haber sido así, el mundo todo estaría en Paz.

 

 INTRODUCCIÓN.

UN CORRIDO CRISTERO

Nunca pensaron las gentes,
ni la iglesia ni el gobierno
que llegaría a ser tan fuerte
el movimiento cristero.
Empezó con poca gente
y se convirtió en ejército.

Desde los primeros meses,
y durante los tres años,
le pelearon al gobierno
sin respeto y de parejos
haciéndole muchos daños.

Al principiar la cristiada
en San Julián al gobierno
le dieron una aporreada
a guardias presidenciales
y a tropas seleccionadas.

Por el número de bajas
que le hicieron al gobierno,
y el valor que demostraron
pacíficos y cristeros,
ese combate alentó
a seguir el movimiento.

Ya desde ahí en adelante
a ese pueblo respetaban
y con sólo oír el nombre
de Victoriano “El Catorce”
el gobierno se asustaba.

Victoriano era valiente,
tirador extraordinario,
estratega y buen jinete
y el jefe Miguel Hernández,
viejo revolucionario,
era un hombre muy prudente.

Los dos fueron importantes,
hicieron buena mancuerna
y lograron muchos triunfos
que les ganaron la fama,
el respeto del gobierno…
también la envidia de muchos.

Las cosas se complicaron
cuando la bola creció
y el gobierno tuvo miedo
porque pronto los cristeros
al tú por tú le peleaban
mostrando orden y valor

De algún la’o legó la orden
que había que parar aquello
porque ya estaban perdiendo
los negocios de extranjeros.
Los obispos y el gobierno
muy prontito obedecieron.

Pa parar el movimiento
había que matar dos gallos
uno Enrique Gorostieta,
el otro era Victoriano,
frente a frente les temían
por eso los traicionaron.

Victoriano y Gorostieta
esos dos no se rendían.
Luchaban por una causa
y hasta el final pelearían..
En arreglos no confiaban,
al gobierno conocían.

Ni uno de los dos iría
a entregársele al gobierno.
Eso todos lo sabían
y sus valientes soldados
no acatarían ninguna orden
que no viniera de ellos.

Por eso fue necesario
eliminar a los dos.
Quién dio la orden no se sabe,
en las tropas de El catorce
colocaron un traidor.

A Enrique Gorostieta
en una trampa en “El Valle”
se los entregó un traidor
a las tropas federales
Victoriano murió en Tepa
ejecutado vilmente
por sus mismos compañeros.
al ser hallado culpable
de falsas acusaciones
de envidiosos y cobardes.

De Tepa se regresó
Don Miguel muy disgustado.
La tropa venía en silencio
algunos casi llorando
unos con mucho coraje,
todos desilusionados.

La traición le resultó
al gobierno, pues lograron
desanimar a la gente.
que ya no volvió a pelear
con el entusiasmo de antes.
Muchos dejaron la guerra
aunque después los mataron.

Nomás uno, Lauro Rocha,
decidió seguir peleando,
pero se vio sin apoyo
de la gente y de la iglesia
y al final lo traicionaron.

Murió como hombre valiente,
como murió Gorostieta,
como murió Victoriano,
a traición, pues al derecho
nadie se animó a enfrentarlos.

Mucho se podrá decir,
Y mucho se está diciendo
de la famosa cristiada,
y aunque hubo gente valiente
y gente muy abnegada
a quien admiro y respeto,
no hay por qué estar orgullosos
de haber llegado al extremo
de matarnos entre hermanos
si al fin somos mexicanos,
queramos o no queramos,
los sardos y los cristeros.

 

¿PA’ QUE SON LAS GUERRAS?
 

Yo vide cómo mataban
los “sardos” y los “cristeros”.
Y a mí no me lo contaron,
porque yo andaba con ellos,
pero tantas cosas vide
que un buen día agarré el caballo
y abandoné el movimiento.
Y no es que juera “gallina”,
era que en mi pensamiento
nunca puedo comprender
pa’qué las guerras se hicieron.

Yo también maté “pelones”
porque los padres dijeron
que había que matar a todos
los que jueran del gobierno,
porque eran jijos del diablo,
porque cerraron los templos.

Pero pos estaba duro,
toavía matar a lo lejos
apuntando con el rifle,
pos cualquiera puede hacerlo,
pero matar de cerquitas,
metiéndoles el cuchillo
como si jueran borregos,
dizque par’orrar el parque
para seguirles tupiendo
y con la daga en la mano
verles su cara de susto
y oír sus gritos de ruego…
La mera verdad, compadre,
eso se me hacía muy feo.
Igual que para colgarlos,
amarrarles el pescuezo

y ellos se te quedan mudos
nomás de purito miedo
y luego ¡zaz! el jalón
y allí se quedan muriendo.
Pos ¿no que Dios predicó
que todos somos hermanos
y que todos nos amemos?

Al cabo también los “sardos”
tienen su almita en el cuerpo
y también tienen sus hijos
que se van a queda huérfanos,
y si es cierto que con malos,
pos también los “cristeros” semos.

Y ora, pos los meros jefes
ni andan en el movimiento,
ellos habían de matarse
¿pa’qué andan haciendo pleitos?
Pero así son esas guerras:
unos son los que la empiezan
y otros los que nos jodemos.

Sí, compadre, ya le digo,
no vaya a creer que son cuentos,
yo vide como mataban
los “sardos” y los “cristeros”
y aunque era una guerra santa
más parecía del infierno.
Yo no puedo comprender
pa’qué las guerras se hicieron.

 

 

Poesías Incompletas de El Lic. Vidriera.

 

 

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Acerca de licvidriera

Leo, medito, escribo, vivo y escribo en la eternidad
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Una respuesta a DE MÚSICO, POETA Y LOCO…

  1. Jose Luis Casillas Navarro dijo:

    Mil gracias, Señor Vodriera, que con cualquier ocasión «Jueves 8 de junio, un minuto por la paz», Ud. aprovecha con su pluma y nos comparte las verdades que alguna vez escuchamos de labios nuestros padres y abuelos, que aunque nunca pelearon en esa revolución, sus consecuencias sufrieron; y también se cuestionaron: ¿»Cómo siendo mexicanos, la mayoría cristianos peleando por nuestra fe,, odiamos a los hermanos y conscientes, los matamos? ¡Me gusta la forma en que, con pocas palabras, nos va enseñando la historia, para que sin mucho esfuerzo, llevemos en la memoria los eventos importantes, como as lluchas de San Julián que asombraron a los sardos. Así como, a dos personajes atrevidos que lideraron a muchos, poniéndoles el ejemplo, como lo hicieron valiente y osadamente el general Enrique Gosostieta, y Vctoriano, El Catorce!

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