«Más mató la cena, que sanó Avicena»
Avicena fue un famoso médico persa del siglo XI, y el dicho aquí lo menciona no a título personal sino como símbolo de la medicina. Porque lo que se quiere recalcar este dicho es que la mala alimentación, la gula y la glotonería son causantes de tantas enfermedades que no hay médicos suficientes para curarlas, y son causantes de muchas muertes, como dice el otro dicho: “De grandes cenas están las tumbas llenas”.
Si “los dichos de los viejitos son evangelios chiquitos” deberíamos hacerles más caso, porque es bien sabido que “El que no oye consejo no llega a viejo”. La prueba está en que por no hacer caso al consejo que dice: “Almuerza mucho, come más, cena poco y vivirás”, muchos no llegaron a viejos…. si le hiciéramos caso al dicho, muchos más llegarían a viejos y las cenas no matarían a tantos, por lo menos no a más que los que curó el doctor Avicena…. y por si no te acuerdas de este gran señor, aquí te repito algo que publicamos hace un par de años en GENTE DE LETRAS en El Aviso Magazine.
GENTE DE LETRAS
AVICENA.
Escritor persa 980-1037
(Abu’Ali al-Husayn ibn’abd Allah ibn Sina; Bujara, actual Irán, 980-Hamadan, 1037) Médico y filósofo persa. De Ibn-Sina mal pronunciado salió el nombre “AVICENA”. Un gran sabio cuyos trabajos abarcaron todos los campos del saber científico y artístico de su tiempo, e influyeron en el pensamiento escolástico de la Europa medieval, especialmente en los franciscanos.
Educado por su padre en Bujara (pasó toda su vida en las regiones del centro y el este de Irán), a los diez años ya había memorizado el Corán y numerosos poemas árabes. Estudió medicina durante su adolescencia, hasta recibir, con sólo dieciocho años, la protección del príncipe Nuh ibn Mansur, lo cual le permitió entrar en contacto con la biblioteca de la corte samánida.
Su vida sufrió un brusco cambio con la muerte de su padre y la caída de la casa samánida por obra del caudillo turco Mahmud de Ghazna. Necesitó echar mano de su gran capacidad de concentración y de su enorme fuerza intelectual para continuar su extensa labor con una meritoria consistencia y continuidad.
Durante el siguiente período de su vida ejerció la medicina en diversas ciudades de la región de Jorasan, hasta recalar en la corte de los príncipes Buyid, en Qazvin. En estos lugares no encontró el soporte social y económico necesario para desarrollar su trabajo, por lo que se trasladó a Hamadan, ciudad gobernada por otro príncipe Buyid, Shams ad-Dawlah, bajo cuya protección llegó a ocupar el cargo de visir, (Ministro) lo que le valió no pocas enemistades que le obligaron a abandonar la ciudad tras la muerte del príncipe.
Fue en esta época cuando escribió sus dos obras más conocidas. El Kitab ash-shifa’ que es una extensa obra que trata sobre lógica, ciencias naturales (incluso psicología), lo que se llamaba el quadrivium (geometría, astronomía, aritmética y música) y sobre metafísica, en la que se reflejan profundas influencias aristotélicas y neoplatónicas. El Al-Qanun fi at-tibb (canon de medicina), fue el libro de medicina más conocido de su tiempo, es una compilación sistematizada de los conocimientos sobre fisiología adquiridos por médicos de Grecia y Roma, a los que se añadieron los aportados por antiguos eruditos árabes y, en menor medida, por sus propias innovaciones.
Por último se trasladó a la corte del príncipe ‘Ala ad-Dawlah, bajo cuya tutela trabajó el resto de sus días .
Avicena es el nombre por el que los escolásticos conocieron al filósofo persa Ibn Sina. En Oriente será famoso por su medicina, escribiendo el `Canon de Medicina` que sería traducido al latín en el siglo XII y se convertiría en texto indispensable en las universidades occidentales.
Se interesó también por el estudio de la filosofía de Aristóteles, definiendo las relaciones entre el ser y su esencia y entre posible y necesario.
Dios sería el ser necesario donde coinciden esencia y existencia. De esta manera en Avicena se pone de manifiesto una doctrina que provocará interesantes debates durante la Edad Media y el Renacimiento.
Avicena es considerado uno de los más importantes pensadores y escritores de la era dorada del Islam. Junto a Averroes, fue el intelectual islámico que más hizo por el diálogo entre las civilizaciones al intentar acercar la filosofía musulmana a la griega.
De 450 obras que se sabe que escribió Avicena, solamente sobrevivieron 240: 150 sobre filosofía y 40 sobre medicina. Su tumba es lugar venerado en Hamadan, Irán. En el mausoleo uno podrá encontrar una interesante exposición de plantas medicinales que utilizaba Avicena en su quehacer médico y unos floridos jardines por los que debió pasear al modo peripatético en busca de la Verdad.