Son la cuatro de la mañana
Son las cuatro de la mañana
y es distinta
la luz de la luna
que entra por mi ventana,
es brillante porque pocos la miran,
no esta muy gastada
ni muy repartida.
Son las cuatro de la mañana.
Hace rato que se acabó el ruido
de borrachos y desvelados
y no empieza el bullicio
de los que marchan temprano al trabajo.
El silencio es tan profundo
que con un poco de esfuerzo
puede oírse el zumbido
de la tierra girando en el espacio.
Son las cuatro de la mañana.
La hora en que se mueren los viejitos.
Sin darse cuenta
se mueren dormidos
¿irán a despertar en otros tiempos
o en otros mundos desconocidos?
No cuesta trabajo morirse
a las cuatro de la mañana.
Cuando las estrellas se ven más solas
y más cercanas…
Los mundos se acercan,
se cierran los tiempos,
lo real y lo irreal,
la vida y los sueños.
Son las cuatro de la mañana
y no sé si sueño
o si estoy despierto.
Y no sé si vivo
o estaré ya muerto…
Levántate, flojo,
y deja de hacer versos.
Toma pico y pala
que tenemos que seguir
transformando el universo
Oración de la mañana
Que el agua tibia me lave
y el agua fría me despierte,
porque hoy puede ser día
que me encuentre con la muerte,
quiero presentarme digno
limpio del alma y del cuerpo
Nada traje,
nada llevo.
De la nada vine a ser
y si a la nada regreso
me regreso agradecido
con quien me haya dado el don
de ser, sin saber que siendo,
aunque fuera un breve tiempo,
con eso ya soy eterno,
porque si he sido no puedo
dejar de ser o haber sido.
No supe de mi venida
a este mundo, y si vine,
vine sin consentimiento.
De igual manera me iré
cuando se termine el tiempo
que se me haya otorgado
y que mucho lo agradezco.
Que el agua tibia me lave
Y el agua fría me despierte
porque quiero llegar limpio
Si hoy me encuentro con la muerte.
Amen
Saludos y abrazos