El wasabi, también llamado Wasabia japonica y Cochlearia wasabi, es una planta de la familia del nabo, la mostaza y el rábano, cuyo peculiar picante –se nota principalmente en la nariz, eso y su sabor lo ha convertido en uno de los condimentos favoritos de Japón, especialmente para acompañar el sushi, pero también tiene otros usos, como aperitivos con wasabi, por ejemplo.
A diferencia de otras plantas de su familia, nabo, rábano y mostaza, el wasabi es una raíz que crece en agua y no en tierra. Necesita grandes cantidades de agua fría y limpia para crecer, por lo que la mayoría de plantaciones se encuentran sobre ríos y arroyos, haciendo que un flujo constante pero no demasiado fuerte de agua pase bajo las plantas. Por ser complicado su cultivo, su precio es elevado, incluso en Japón. Por lo mismo existe un montón de sucedáneos más baratos en el mercado —
en forma de polvo o pasta– normalmente elaborados a partir de rábano picante, colorante y un pequeña parte de wasabi molido. Conseguir el wasabi fresco es difícil.
El wasabi fresco se debe de preparar justo antes de consumirlo, porque pierde su sabor y su picante rápidamente. Lo que se hace es lavar y pelar una pequeña parte de la raíz y pasarla sobre un rallador especialmente diseñado para tal efecto, que parece tener unos pequeños resaltes como si fueran escamas de un pez. Al restregar de forma regular la raíz contra esta superficie se consigue generar la pasta característica que luego acompañará al sushi (se suele poner un poco entre la pieza de pescado y el arroz). Su misión no es solo gustativa, sino que también cumple una importante función antibacteriana y antiséptica. De hecho, antiguamente se usaba para conservar pescado.
El Wasabi tienen otros beneficios para la salud. Sumamente útil para ayudar a eliminar inflamaciones en los senos nasales y otras partes del cuerpo.
No irrita el estómago, por lo que se usa contra infecciones intestinales. Es bueno en casos de asma catarros, etc….