DICHOS Y REFRANES… Una de vaqueros

«Mejor cuéntame una de vaqueros»

 

A alguien que nos acaba de contar algún chisme que parece mentira por lo exagerado, le decimos… “mejor cuéntame una (historia) de vaqueros” Con lo que le queremos dar a entender que más fácilmente le creeremos una de esas fantásticas historias que solían llenar las revistas de vaqueros a creerle la noticia que nos acaba de contar…  “Que el viejillo millonario, a sus 80 años se va casar con una muchacha de 28 años que dice que se va a casar con él por puro amor… no me quieras ver la cara de pen… mejor cuéntame una de vaqueros”.

  Las historias de vaqueros fueron muy populares desde fines del siglo XIX, pero más a principios del siglo XX. y más con el radio y la tele. El héroe justiciero siempre ganaba, siempre salía victorioso… aunque el escritor tuviera que inventar milagros  para rescatarlo de las situaciones tan difíciles en que se metía, a veces hasta le ponían balas de más en la pistola de seis tiros, lo hacían volar sobre barrancos, y más prodigios….por eso el dicho.………………. «Mejo cuéntame una de vaqueros»

    MaSo

 

 

HUMORADA

Era un doctor de pueblo, casi de rancho, que tenía y mucho disfrutaba la vieja costumbre de atender a sus pacientes en sus domicilios y quería que su hijo siguiera la tradición, ya estaba estudiando medicina y parecía que le gustaba, de manera que un día lo invitó a que lo acompañara en su recorrido.

El primer paciente que visitaron era un señor maduro. En cuanto entraron el hijo del doctor le dijo: “Oiga, señor, si sigue fumando así como lo hace, usted tendrá serios problemas de salud”. Al salir, el doctor le pregunta a su hijo: “¿Cómo supiste eso?”. “Muy sencillo -dice él-. El cenicero estaba lleno y había dos cajetillas vacías en el suelo”.

Visitaron varios pacientes y en cada casa el muchacho hacía acertadas observaciones..

La última era una señora. El muchacho observó bien el dormitorio y le dice: Oiga, señora, la leche es buena, pero no en su caso, si sigue usted tomando leche un día de estos va a tener un problema gravísimo.

La señora se puso roja, bajo la cabeza y murmuró: “Tiene usted mucha razón, doctor”.

En cuanto salieron, bien asombrado, pregunta el médico a su hijo: “¿Y eso cómo lo supiste?”. “Muy sencillo -responde el muchacho-. Alcancé a ver al lechero abajo de la cama”.

MaSo

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Acerca de licvidriera

Leo, medito, escribo, vivo y escribo en la eternidad
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Una respuesta a DICHOS Y REFRANES… Una de vaqueros

  1. Muy divertida la humorada, querido Licenciado, e ilustrativa: por lo que sé como hija de galeno, si el médico es observador, doblemente bueno… (y lo contrario).

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