«No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen” En algún lado del evangelio eso dice, dicen. También dicen que uno que leyó el original griego pensó que “Margaron” significaba margarita y así lo tradujo y algunos mal informados usan el dicho como “No les eches margaritas a los cerdos”, pero margaron en griego significa perlas.
El dicho se aplica, entre otras situaciones, a no desperdiciar tiempo y conocimientos con el necio que se obstina en no superarse… o que se niega a entender. Como el otro dicho: “No se ha hecho la miel para la boca del asno», con el que se recrimina a los que pudiendo elegir lo mejor, sencillo y de calidad, prefieren quedarse con lo peor, vistoso, pero corriente. Por no saber apreciar el valor de lo bueno.
SIGNIFICADO DE
PEDANTE
Pedante es una de esas palabras que han tenido mala suerte, es una de esas palabras que empezaron por significar algo bueno y terminaron por significar algo malo.
Hoy usa la palabra PEDANTE para referirnos a una persona ‘engreída y que hace alarde inoportuno de sus conocimientos’. Presumido, fachoso.
Pero en un tiempo se llama pedante a los maestros ambulantes esos que iban a las casas a dar clases a los niños que no podían asistir a la escuela, o a los niños cuyos padres preferían ponerles un maestro dedicado nomás a ellos… Pedante era pues, “maestro a domicilio”
Por lo que la palabra, por más que se ha sugerido que pedante es una contracción del latín medieval pædagogantem, participio presente de pædagogare (hacer de pedagogo”, “enseñar”, como que no suena convincente, me parece más que viene de pie, en latín pes pedis, porque caminaban… a pie.
El cambio de significado vino cuando dichos maestros tenían que competir y demostrar que eran capaces para obtener trabajo con las familias ricas y empezaron a hacer ostentación de sus conocimientos a toda hora y en todo lugar y así fue como Pedante cambió a significar presumido… pobre palabra… a lo mejor ni todos los “pedantes” eran presumidos…
Humorada
Bartolo, comprendiendo que ya era tiempo de que su esposa Altagracia entrara a la nueva ola, y como se quejaba de que ya todas sus amigas traían celular y ella no, le regaló un «esmarfón» para la Navidad.
Después de una semana, cuando Altagracia ya había aprendido a contestar el esmartfón, Bartolo la llamó un día al mediodía.
Altagracia contestó el fon y al saber que era Bartolo se soltó en improperios, muy impropios para la ocasión, porque era una simple llamada…
−Pero ¿qué te pasa, Altagracia? Yo nomás llamé para decirte que llegaré un poco tarde..
− No me mientas, Bartolo, Ya sé por qué me regalaste este fregao esmarfón. Quieres controlarme; quieres seguir mis pasos, para saber a todas horas dónde ando”.
− ¿Pero por qué se te ocurre eso”
− Pues porque así es, qué casualidad que supiste que estoy aquí en el motel… ¿por qué no llamaste a otro lado? ¿por qué no me llamaste a la casa?
Y temiendo que Bartolo hasta pudiera ver con quién estaba, colgó de inmediato…. y ya no volvió a contestar el fregao celular