La yerba-mate es un té de América del Sur. Es un producto alimenticio, usado como bebida diaria en infusión, igual que el té o el café, en algunos estados del Sur del Brasil, en las repúblicas del Río de la Plata y en la de Chile, constituyendo para muchos pueblos de esas regiones una bebida indispensable y de primera necesidad. Se obtiene por la preparación de las hojas y tallos delicados del árbol llamado Congonha, o técnicamente ilex matte, o ilex paraguayensis. Pertenece a la familia de las ilicacias. Tiene un sabor agradable, un aroma delicado y un poder nutritivo considerable. Reúne la yerba-mate dos grandes ventajas, a saber: tiene reconocidas propiedades terapéuticas como planta medicinal y, segundo, es muy barata.
El mate es muy semejante al té de la India y del Oriente, posee todas sus buenas cualidades del té pero sin los inconvenientes, tal vez por tener muy bajo contenido de teína y cafeína.
A la Yerba mate los nativos sureños la llamaban Caó, palabra que significa yerba o planta por excelencia: “La planta”
Los jesuitas, que obtuvieron del gobierno español el privilegio, que rigió hasta 1774, de ser los únicos explotadores de los yerbales, perfeccionaron el modo de preparar y usar las hojas de yerba que primitivamente eran masticadas en estado verde.
La yerba mate es un árbol o arbusto frondoso, que crece de doce a veintiséis pies (unos 8 metros). Visto a distancia parece un naranjo. Las plantaciones son vastas y presentan a la vista el aspecto más hermoso y atrayente por el color verde oscuro y el brillo de sus hojas. La hoja de la yerba mate es resistente, lisa, de forma elíptica, y de un verde brillante, siendo su aspecto general muy semejante a la del naranjo, esta es la parte utilizable de estos árboles. En las recolecciones, se reúnen grandes partidas de gentes que van al cultivo y desprenden las hojas, dejando la planta desnuda de su follaje, el cual no vuelve a recobrarse sino tres años después. Una vez tomadas las hojas las llevan a los lugares destinados para la preparación, cargadas sobre las espaldas de los “yerbateros,” y allí las colocan en una palizada que ellos denominan “barba cuá”, construida a cierta altura del suelo, y por debajo prenden un vivo fuego que seca las hojas y permite reducirlas luego a polvo. Una vez que éste se ha obtenido, para lo cual empleaban métodos enteramente rudimentarios, (hoy son modernos) se procede al empaque en grandes sacos para enviarlo a los diversos mercados donde se cotiza.
La preparación del té suramericano no difiere en nada de la del de China: se sigue el mismo procedimiento para la infusión y se toma con azúcar y leche, o sin éstos ingredientes. En los países suramericanos se prepara y se toma haciendo uso de muy originales menajes. El más conocido consiste en una calabaza o especie de vasija, dentro de la cual se pone la yerba en agua hirviente, y en ella se sumerge la parte ancha de la “bombilla,” que es un tubo de hueso, caña o metal con su coladera al extremo a lo largo del cual se absorbe.
En los países de su origen las gentes están tomándola constantemente y eso les produce salud, vigor y mayor fuerza.
El mate es una bebida tónica, estimulante y diurética. Da energía, al reparar las fuerzas de los tejidos. Mitiga la sensación del hambre; los gauchos de las pampas pueden, sin mucho sacrificio, pasar días enteros sin alimento sólido, siempre que no les falte el mate. Sus cualidades estimulantes y tónicas lo hacen una bebida alimenticia de primer orden para enfermos y convalecientes, no conociéndose hasta hoy ninguna contra-indicación de su uso; de ahí su empleo en los hospitales y casas de caridad, y hasta se recomienda a las mujeres, niños y a las personas nerviosas y neurasténicas, muy a diferencia del té de Oriente y el café.
Protege la salud cardiovascular, por ser buen antioxidante y porque ayuda a evitar que el colesterol y la grasa se acumulen en las arterias. Además aumenta el colesterol “bueno”, ayudando a evitar los bloqueos en las arterias. Por esas mismas razones retarda el envejecimiento….Sin duda alguna, el Mate es bueno…