Tenía años sin verlo. Hace poco lo encontré en el pueblo. Por más que le dije que no gritara ni me dijera licenciado, habló a gritos todo el rato, porque así ha hablado siempre, y nunca supe si licenciado me decía con respeto o con burla, porque nos conocíamos desde niños…
Ya supe que escribe para una revista en Los Ángeles, ¡Cómo me gustaría, licenciado, saber todas las cosas que usted sabe, ¡Cómo no me iba a gustar! Pero la mera verdad es que cuando no le nace a uno y cuando no hay nadie que lo oriente a uno por el camino de la ciencia, porque, mire usté, licenciado, cuando yo estaba empezando en la escuela no era tan tapao, no sé si usté se acuerde, nomás que luego me di cuenta que había más gusto en mi casa cuando llegaba con cinco pesos que me había ganando descargando la troca del difunto Chalío, que cuando llegaba con un diez de calificación de la escuela… Y ahí tiene usted que empecé a faltar más y más a la escuela, porque yo mismo notaba que lo que hacía falta en la casa no era un licenciado, sin agraviar lo presente, sino que lo que hacía falta era el pan nuestro de cada día. La escuela y la educación eran cosas para el futuro, pero nuestro futuro estaba muy cerquita, cada mañana, porque nos acostábamos pensando que no había quedado nada para comer al día siguiente… ¿Cómo iba yo a pensar en lo que sería de grande, si no estaba seguro que llegaría a grande? Y así fue como dejé la escuela desde muy chico para ayudar a que en la casa hubiera qué comer para los demás… Ahora veo que sí me hubiera servido la escuela ¡cómo fregaos no me iba a servir! Y claro que me gustaría entender las cosas que usté entiende, licenciado, porque yo de lo único que entiendo es de fregarle como burro, desde que amanece el santo día de Dios hasta que anochece… Y no crea, se cansa uno. Una vez dije: “Ya está bueno Filiberto, de trabajar con el lomo, hay que trabajar con la cabeza”… pero ya para entonces la cabeza no me trabajaba. Le calé a vender dulces y fracasé.. Ai’stá la tarugada, que se amensa uno, y entre más se amensa, menos chanza de salir del atascadero. Yo le echo la culpa a que está uno muy fregao. Dicen que algunos a pesar de estar fregaos llegan a levantarse, pero ¿cuántos? Muy pocos. Y si a algunos les dan chanza de levantarse ha de ser para darnos esperanzas toda la bola de fregaos, porque ah, cómo ayudan las esperanzas. De chiquillo yo veía las diferencias y no me cabía en la cabeza que unos fueran ricos y nosotros pobres. Luego pensé que lo que pasaba era que me había tocado la mala suerte de nacer cuando el mundo todo ya estaba repartido, cuando ya todas las tierras, todos los ganados y todas las cosas tenían dueño. Mi padre no tenía más que unas cuantas cosas viejas, porque ni el jacal era de él, y luego con el chorrerón de chilpayates que éramos en la casa. Peor ahí tiene usté, licenciado, que un día oí en la doctrina que teníamos un santo padre que era muy bueno y que tenía palacios y muchas riquezas y que era nuestro padre de todos……..¡ah, cómo le agarré fe a nuestro santísimo padre! y más cuando un día lo vi en un retrato y lo noté ya rete viejito. Yo tenía mis esperanzas, si era nuestro santo padre, estaba rico y estaba viejito, pos había esperanzas, pero un día supe que se murió y que ni siquiera hizo testamento, mucho menos dejarme algo a
mí. Y luego se murieron otros nuestrossantospadres y ninguno repartía la herencia. Como que les fui perdiendo la fe a los santos padres. “No es por allí, Filiberto, -me dijo un amigo-, si quieres salir adelante hay que trabajar”. Y yo trabajé duro y no salía del mismo lugar, más bien salí pa’tras que pa’delante.
Yo creo, licenciado, que lo que me hizo falta fue eso de la preparación, por eso quiero que mis hijos se preparen a como dé lugar, pero también creo que hay algo más que debería hacerse pa’que las cosas no fueran tan disparejas, porque eso de que el que tenga más saliva coma más pinole, no me cae muy bien, licenciado, porque hay muchos rete babosos que en una lambida se llevan todo el pinole..¿usté qué cree, licenciado?, digo, porque uno ve, digamos que los políticos, que los del gobierno… pero en fin de cuentas ni entiende uno cómo está el teje y maneje de todo. Lo que sí ve uno de fregao es que como que no vale mucho una vida de puro fregarle y fregarle y nomás para susistir, nomás para irla pasando mientras pasa…. y no está bien que mientras a unos dicen que les dicen “jolidei” a otros nos digan “jodeleai”… como que unos agarraron a vida cuando estaba en oferta y otros tenemos que pagar precio completo… ¿usté qué cree, licenciado?
¡Cómo me gustaría saber todo lo que usted sabe, licenciado, para entender todas esas cosas… eso ha de ser bien bonito…. Porque lo más pior sería que por no entender las cosas vaya uno a dar de cuernos al infierno después de haber pasado una vida de fregao siempre fregando… y luego fregao allá…..eso sí sería el colmo, ¿o qué, licenciado?……….
Ingenioso de verdad, licenciado y ameno. No se cómo le haces para que todo te quede tan fácil y en su lugar.
Favor que me haces, porque ni está todo en su lugar ni es tan fácil. Más bien algo guandajón, lo que le da ese toque de charla familiar… ¿O qué? Saludos, Lobo.