Por el artículo de la semana pasada me habló un compadre para decirme que él no podía echar raíces aquí en «el norte» porque…“Mis raíces están allá”.
No es cierto, compadre, allá estuvieron, anda y verás que no quedan ni rastros.. ni caminos ni casas, hasta la cerca de alambre que estaba en el patio también se cayó..
Ya no están tus raíces en el rancho, ya no hay raíces, ya se secaron. Convéncete, son recuerdos lo que tienes… es nostalgia… o puede ser que sea hasta remordimiento, porque hoy que quieres tanto a tu rancho te da pena haberlo abandonado… bajo el amparo santo y la luz del cielo.
Mi mamá murió casi de cien años…. y en sus últimos años, casi todas las tardes su pendiente era que nos teníamos que ir antes de que oscureciera…
–¿A dónde, mamá?
–Pues al rancho….¿a dónde más?
Era su delirio, regresar al rancho… Mi padre nunca lo dijo, pero más de una vez lo estuve viendo en el corral de la casa del pueblo divisando allá para los cerros donde estaba el rancho donde ellos vivieron y nosotros nacimos… y con la mirada perdida, le daba unas fumadas al cigarro, que parecía que quería traerse el aire de los cerros de la Cruz de Orozco… Oh, así se llama mi rancho… digo “mi rancho”, no porque fuera mío o de la familia, era de mucha gente, pero todos, cientos, atal vez miles de gentes le decimos mi rancho porque allá tenemos nuestras raíces….. porque de allá nos trasplantaron al pueblo y del pueblo a las ciudades o “al norte”, y ya las únicas raíces que tenemos son las que estarán, (o a lo mejor ya ni estarán)… allá.
No te me alebrestes si te digo que ya no están tus raíces en el rancho, aunque allá tengamos nuestros recuerdos, porque alla empezamos a vivir, porque allá empezamos a echar raíces……
Primero echaste raíces en el vientre de tu madre…. pero esas raíces te las cortaron cuando naciste y sabrá Dios dónde haya quedado el cordón de tu ombligo, pero tienes razón, allá quedaron tus raíces… y más que nada allá está el recuerdo de ese tronco que fue tu madre, tronco del árbol frondoso de la familia, tu familia…. Esas raíces que echaste en el vientre de tu madre son las que te hacen volver a esos lugares, y esa viejita, que este diez de mayo muchos celebramos, está en nuestras raíces, es gran parte, es fundamento de nuestras raíces…. y de esos lugares y tiempos que añoramos… y que llamamos nuestra raíces….
Poetas y no poetas le hemos cantado a nuestras madres, aquí te dejo estos hermosos versos para celebrar y recordar a nuestras madres en su día..
¡Feliz Día de Las Madres!
SI TIENES UNA MADRE TODAVÍA
Si tienes una madre todavía,
da gracias al Señor que te ama tanto,
que no todo mortal contar podría
dicha tan grande ni placer tan santo.
Si tienes una madre… sé tan bueno
que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
pues la que un día te llevó en su seno
siguió sufriendo, y se creyó dichosa.
Veló de noche y trabajó de día,
leves las horas en su afán pasaban.
Un cantar de sus labios te dormía,
y al despertar, sus labios te besaban.
Enfermo y triste, te salvó su anhelo,
que sólo el llanto por su bien querido
milagros supo arrebatar al Cielo,
cuando ya el mundo te creyó perdido.
Ella puso en tu boca la dulzura
de la oración primera balbucida,
y plegando tus manos con ternura,
te enseñaba la ciencia de la vida.
Si acaso sigues por la senda aquella
que va segura a tu feliz destino,
herencia santa de la madre es ella,
tu madre sola te enseñó el camino.
Mas si al Cielo se fue… y en tus amores
ya no la harás feliz sobre la tierra,
deposita el recuerdo de tus flores
sobre la fría losa que la encierra.
¡Es tan santa la tumba de una madre,
que no hay al corazón lugar más santo;
Cuando espina cruel tu alma taladre,
ve a derramar, allí, tu triste llanto!