El Gurú del desierto SABER Y CREER

—Yo no creo en el coronavirus. Me dijo un visitante.
—Yo tampoco creo muchas cosas que se dicen –le dije- pero una cosa es creer y otra cosa es saber. Hay cosas que no necesitas creer para sufrir o gozar sus consecuencias.

Cuando sabes algo, cuando entiendes que algo es verdad, tienes dos opciones: aceptarla y seguirla. Ajustar tu vida a la verdad que sabes, y serás un verdadero sabio; o rechazarla y vivir contrario a lo que sabes que es verdad, y entonces serás un necio, un terco o un loco.
Cuando no sabes algo que te dicen que es verdad, pero tú no la entiendes o conoces, también tienes dos opciones: Creer o no creer. Cuando ajustas tu vida a tus creencias, podrás estar en el error, pero por lo menos serás honesto y sincero. Cuando no vives conforme a lo que crees, es que no crees de verdad, o eres un necio.
En el caso de la epidemia del coronavirus, la mayoría no sabemos ‘a ciencia cierta’ (ni incierta) lo que sea dicho virus. Lo que ‘sabemos’ es lo que nos han dicho.
Por no tener evidencia, por no saber, a la mayoría no nos queda más que creer o no creer lo que nos dicen. ¡Y en estos tiempos en que tanto se dice y tanto se miente! ¡Qué difícil es creer! ¡Qué difícil es tener fe!
Y luego con eso que dicen que el coronavirus puedes tenerlo sin sentirlo… Mientras que otros lo sienten y se mueren. Entre lo primero y lo segundo cabe una grande duda… Y debemos respetar a los que dudan… Pero eso es algo que siempre hemos encontrado difícil de hacer: respetar. No soportamos al que no cree lo que nosotros creemos. Lo hemos visto a través de los siglos entre las religiones y corrientes políticas, casi todas intolerantes, y hoy con la pandemia, hemos visto que la intolerancia también causa problemas.
Debemos de entender que creyentes y no creyentes necesitamos, antes que nada, saber convivir, respetar las creencias de los demás, no ser intolerantes. Si tú no crees que el ‘quedarte en casa’ y el tapabocas sirvan contra el covid-19, pero la gran mayoría cree que sirve, no te hace gran daño seguir las normas. (Por lo menos para no ofender la creencia de los demás). Y tú que crees, si ves a un no creyente que sale de su casa sin mascarilla, simplemente retírate, no te le acerques.
En este mundo tenemos que aprender a convivir creyentes y no creyentes.

Claro que es mejor saber que creer. La sabiduría es tolerante. Las creencias muchas veces conducen al fanatismo y el fanatismo conduce a la intolerancia. Pero no sabemos TODO. Hay muchos que no creen lo que saben… y muchos que no saben lo que creen. Mientras llegamos a una humanidad más sabia que creyente, debemos aprender a respetar y convivir. Si sabes enseña, si no sabes, sé humilde, estudia y aprende….. ¡y vive feliz, porque siendo feliz se vive mejor!                                 Oiram Otos

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Acerca de licvidriera

Leo, medito, escribo, vivo y escribo en la eternidad
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