Quien ha bebido en pocillo no vuelve a beber en jarro”
Aunque muchos lo discutiríamos, hay quienes encuentran de “más clase” el beber algo en un pocillo que en un jarro y si tienen que escoger entre un pocillo o un jarro para beber algo, escogerán el pocillo… Es algo parecido a los que vivíamos en el rancho y creíamos que la vida de las ciudades era mejor…. y hasta se podía parafrasear el dicho: El que vive en la ciudad no quiere volver al rancho…. o el que andaba en bicicleta y hoy anda en carro. No es el caso de defender lo saludable de la vida campesina y lo sabrosa que sabe el agua en un jarro, simplemente diremos que el dicho se refiere a que el que ha probado lo que el considera mejor, difícilmente quiere volver a lo anterior… Así dice otro dicho: “quien se acostumbra a lo bueno desprecia lo regular”.
“Qué bonito ver llover…y no mojarse”
También dicen ¡Qué bonito es ver llover cuando se tiene buen techo!..
El dicho señala la tranquilidad que se siente cuando se han tomado las previsiones necesarias ante las calamidades, de manera que al llegar el mal tiempo o los cambios de tiempo, nos encuentren seguros y prevenidos, sin temores ni preocupaciones… Lo cual se aplica a la vida en general.
El dicho también se refiere a esa costumbre que tenemos de gozarnos en los infortunios de los demás, cuando estamos seguros de no salir perjudicados nosotros mismos. Gozamos ver la lluvia desde la ventana, pero algo en nosotros también goza cuando vemos que esa lluvia está mojando a otros… que no se refugiaron a tiempo.
Algo parecido a ese otro dicho: “Que se haga la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre…”